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Saavedra, Tomas Falkner i Basilio Villarino, salidos del Atlántico, adquiere aquella argumentacion una base sólida un ensanche mui notable, que le dá mérito incontrastable.

No se trata ya tan solo del alcance relativo de los esploradores antiguos sino de la posesion efectiva i contínua, desde los principios de la Conquista hasta los albores de la Independencia, de la rejion de Nahuelhuapi situada al oriente de los Andes.

Para la última época, en que segun los autores arjentinos habia cesado el dominio de Chile al Este de la Cordillera por la segregacion de la provincia de Cuyo i su adjudicacion al Vireinato de la Plata, este es sostenido por los viajes de Menendez a Nahuelhuapi, que tuvieron lugar despues de esa separacion.

Nahuelhuapi posee una crónica de su historia, en parte interrumpida, en parte contínua, no solo de viajes sino tambien de establecimientos fijos de misiones. Mascardi estendió sus viajes hasta el Atlántico i hasta el Estrecho; Menendez alcanzó hasta el rio Colloncurá a un paso del asiento actual de Junin. Ninguna de las rejiones de la Patagonia, tal vez con escepcion del Estrecho, posee una historia tan estensa i tan rica en sucesos notables.

Los gobiernos del Rio de La Plata no han poseido en la Patagonia establecimiento alguno de misiones que sea comparable al de la mision de Nahuelhuapi. Tenemos allí una posesion autorizada por los presidentes de Chile i por los vireyes del Perú al Oriente de la Cordillera, la cual segun la doctrina del señor Quesada debia haber dado al reino de Chile una jurisdiccion estensa en esta parte de la Patagonia.

No podemos ménos de recordar con ternura i admiracion las indecibles penas i los martirios de los abnegados misioneros. Recordemos tambien lo que hemos espuesto en otras partes de nuestro libro sobre la importancia que se atribuia, durante la era de la Colonia, a Nahuelhuapi como punto céntrico para convertir i dominar a los indios de la Patagonia considerándose como "la cabeza i metrópoli por la parte que mia a Chile i Chiloé", para aquel objeto (P.P Ignacio Aleman i Juan José Guillelmo). Recordemos la inmensa fama de que Nahuelhuapi gozaba en Chile i que se refleja en su entusiasta descripcion por los escritores mas autorizados de la Colonia como Diego de Rosales, Miguel de Olivarez e Ignacio Molina; recordemos el énfasis con que Menendez pinta sus risueñas campiñas como una nueva tierra de promision. Recordemos por fin tambien las esploraciones de los viajeros chilenos hasta 1863 Guillermo E. Cox i sus predecesores), que guardan equivalencia i por su prioridad superan a las de los viajeros arjentinos (Francisco P. Moreno) de 1876 a 1881, año en que se firmó el Tratado.

Hacemos estos recuerdos tomados de nuestra historia de Nahuelhuapi no para renovar la discusion sobre los títulos a la Patagonia, sino para