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zosamente por el lado de Chile. Como los puertos de mar están solo a un paso, la autoridad chilena, establecida casi sin otro objeto que el de sostener la posesion en esas costas, no podria contener aquella corriente que trataria constantemente de independizarse de ella i saltar la barrera débil i artificial que la separe del mar. No hai duda que estas desavenencias entorpecerian tambien el progreso de los pobladores de ambos lados.

De allí resultarian nuevas discordias entre los dos paises i una nueva lucha para ganar por una parte i contener por la otra el acceso libre de la Arjentina al mar. La paz entre ellos, restablecida con tanta dificultad volveria a comprometerse al poco tiempo, i el conflicto no tardaria en hacerse crónico.

Nuestro exámen evidencia con toda claridad que la línea propuesta por el señor Perito Moreno, a mas de ser difícilmente compatible con la equidad i justicia, enjendraria en lo futuro un estado mui perjudicial para la marcha próspera de la Patagonia i demasiado inconveniente para las dos repúblicas.

La línea trazada por el señor Perito de Chile corresponde ante todo a las exijencias orográficas, corriendo constantemente por la cresta alta de la Cordillera, sin bajar a ningun valle ni rio. Establece una frontera natural, tal como la piden todos los tratadistas, en que se tocan de cada lado las comarcas mas ásperas e incultas i que se reconoce con la mayor facilidad hasta por el arriero (Emilio B. Godoy) sin necesidad de hitos.

Ella concede a Chile un término medio de sesenta a setenta millas de anchura o sea el doble de la admitida por el señor Perito Arjentino; reclama a favor de Chile mas o ménos la sesta parte de la anchura de la Patagonia—sin duda una pretension mui modesta. En un punto, en la latitud del volcan San Clemente (San Valentin), llega a pedir hasta la tercera parte de la anchura. En cuanto a los brazos internados del mar queda a una prudente distancia de ellos, como de cuarenta millas por término medio; solo al Sur del 50° queda a distancia bien corta (8 a 25 millas).

Esta línea no tiene pues los graves inconvenientes de la línea arjentina que provocaria una nueva lucha por la supremacia de la Arjentina en los dos Océanos: da a Chile no solo las entradas a los valles principales de la costa sino todo su trayecto hasta el fondo. Segun las relaciones del Dr. Steffen estos valles se prestan a la agricultura en cierta estension i ofrecen buenas condiciones para la crianza de ganado.

Dividiéndose la Patagonia en esta forma estan dadas todas las condiciones para una posesion pacífica i próspera ejercida respectivamente por cada estado en su territorio señalado por la naturaleza, la historia i los tratados: la Arjentina quedará con las pampas ilimitadas i los precio-