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Juan de Rabanal. Siendo natural de la isla de Cerdeña se propuso enaltecer las virtudes i trabajos de siete misioneros de la Compañia oriundos de la misma isla. Su libro está lleno del "patos" i de la uncion relijiosa propia de los autores de aquella época i especialmente de los de la órden a que pertenecia. Un ejemplo de la sublimidad amanerada de su concepcion es la comparacion de las siete heróicas estrellas de su biografia con los siete planetas, incluyendo en ellos el sol i la luna, correspondiendo en esta pleyada a nuestro padre Guillelmo el papel de Saturno "por su admirable paciencia i mortificacion".

Resulta pues que nos hallamos mejor provistos en cuanto a noticias biográficas sobre Guillelmo que sobre sus antecesores Mascardi i Laguna procuremos aprovecharlas para bosquejar a la lijera su juventud i sus primeros pasos en Chile.

Juan Joseph Guillelmo nació de padres nobles el 12 de setiembre de 1672 en Tempio, ciudad importante de la isla de Cerdeña, situada en la parte Norte de ella al pié de los altos montes de Limbara, que se elevan a 1320 m. Puede ser que la familiaridad adquirida en su juventud con las costas i montañas de la Isla influyeron en que mas tarde tuviese mucha facilidad para habituarse a una rejion de la América que ofrecia alguna analojia con aquellas.

Su padre murió antes de nacer el hijo, razon por que su madre le educó en mucho recojimiento hasta los 14 años, cuando ella murió tambien. Se dedicó desde temprana edad al estudio de los libros i demostró ya en aquel tiempo talento para la poesía, describiendo en verso heróico la enfermedad i fallecimiento de su madre. El jóven reconoció desde temprano su vocacion por entrar a la órden de los jesuitas, pero sus hermannos dispusieron de otro modo i pretendían destinarle a la cartera del derecho, procurando ademas de casarle para desviado de aquel propósito; en el curso de estas peripecias no le faltó al aspirante a la vida monástica una tentativa de seduccion parecida a la de José en Ejipto. Guillelmo se mantuvo firme i con la misma enerjia, como años ántes el padre Alonso de Ovalle en Chile, venció las dificultades que se oponian a su entrada a la Compañia.

Concluidos sus estudios en el convento de los jesuitas en Caller, ciudad de la misma Isla, manifestó su deseo de dedicarse a la carrera de misionero en las Indias. Solo despues de cinco años de espera obtuvo del jeneral de la Orden la autorizacion para trasladarse con este fin a Chile bajo lo direccion del P. procurador Miguel de Viñas, quien habia ido a Europa en busca de operarios para esa provincia.

Habiendo pasado por Mascardi i Sevilla, donde no perdió ocasion de lucir su saber en teolojía, se embarcó en Cádiz el 19 de abril de 1698 en compañia de los padres Miguel de Viñas, Felipe de la Laguna, Antonio Fanelli i otros jesuitas casi todos jóvenes, segun vimos al hablar de