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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

»Hé aquí, en efecto, el por qué estamos reunidos. En la historia de los pueblos hay nombres que por sí solos significan un hecho, que recuerdan afectos y grandezas; nombres que, como las fórmulas mágicas, evocan ideas agradables y risueñas; nombres que vienen á ser como un pacto, un simbolo de paz, un lazo de amor entre las naciones. Los nombres de Luna é Hidalgo pertenecen á éstos: sus glorias iluminan dos extremos del globo: el Oriente y el Occidente: España y Filipinas. Al pronunciarlos, señores, creo ver dos arcos luminosos que, partiendo de ambas regiones, van á enlazarse allá en la altura, impulsados por la simpatía de un común origen, y desde esa altura unir dos pueblos[1] con vínculos eternos, dos pueblos que en vano separan los mares y el espacio, dos pueblos en los cuales no


    »11. De que no se proveen los curatos por oposición y en propiedad, como está mandado por el Concilio de Trento, para que los desempeñen los más dignos, sino para desacreditar á los sacerdotes indígenas, escogen á los más ineptos, aduladores y atolondrados para párrocos interinos, solamente con el carácter de interinos, á fin de que se vean siempre obligados á adular y servir á los frailes, en cuyas manos omnipotentes están sus destinos.
    »12. De que los frailes se burlan escandalosamente de las leyes y disposiciones del Gobierno y de la Iglesia, pasando impunemente por todo, como han pasado por la prohibición absoluta de nombrar provisores y fiscales frailes, que el Gobierno de Su Majestad acaba de recordar en 1896, y, sin embargo, siguen siendo todos frailes.
    »13. De que éstos deprimen y persiguen á los filipinos ilustrados y aun á los que apenas chapurrean el castellano.
    »14. De que debiendo ser ejemplos de conducta cristalina ante sus feligreses en los pueblos que administran, son la piedra do escándalo por sus vicios y liviandades, sacrificando á sus apetitos carnales la tranquilidad de familias honradas.
    »15. De que se oponen al progreso del país, impidiendo hasta la inmigración española por creer que ésta podría fiscalizar y estorbar sus abusos; la construcción de ferrocarriles, por ser conductores de la civilización; la introducción de leyes y de toda clase de reformas gubernativas y administrativas, calificando sin rubor alguno de explotadores y filibusteros á los dignísimos ex ministros de Uitramar, Sres. Balaguer, Maura, Moret, Romero Robledo, Becerra y otros á quienes debe el país algunas reformas benéficas.»— La sensacional Memoria de Isabelo de los Reyes, Madrid, 1899; págs. 13-16.
    Casi todas estas quejas (en algunas de las cuales existe evidente exageración) hállanse expuestas, de un modo ó de otro, en la novela Noli me tángere. Como el aviso de Rizal no produjo en nuestro régimen político colonial el resultado que debió producir, y las quejas subsistían, éstas fueron las que movieron á los filipinos avanzados, á los admiradores de Rizal, á fundar el Katipunan. — Así lo dijo el citado Sr. Reyes en una Memoria que, desde la cárcel de Manila en que se hallaba preso, dirigió, con fecha 25 de Abril de 1897, á D. Fernando Primo de Rivera, capitán general de Filipinas. La Memoria del Sr. Reyes valióle al autor el ser mandado, desde la cárcel de Manila, al odioso castillo de Montjuich, de Barcelona. Después de todo, no lo pasó tan mal: otros, por haber hecho menos que hizo Reyes, habían sido fusilados.

  1. Huelga decir que subraya el copista.