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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

en el Congreso, en la sesión del día 12 de Abril de 1889. El Sr. Pando, después de requerir la presencia del ministro de Ultramar (Becerra), que no estaba en la Cámara, anunció que tenía que tratar de un asunto de «suma importancia y gravísimo»… «que se refiere nada menos que á los peligros que están desarrollándose hoy en el Archipiélago Filipino, y que de continuar pondrán en grave riesgo allí los derechos de España». (El orador expresábase con gran viveza.)

«Suceden en dicho Archipiélago (añadió) cosas tan graves, que en poco tiempo se han cometido, con circunstancias muy especiales, varios asesinatos, no en un solo punto, sino en distintas islas ó provincias, y me extrañaría que no lo sepa el Gobierno, aunque creo que ya lo sabrá. Estos hechos demuestran que hay allí latente una verdadera conjuración», etc. Y siguió requiriendo la presencia del ministro de Ultramar, rogándole que acudiese al Congreso al día siguiente.

Sagasta, como Presidente del Consejo de ministros, pidió la palabra «para no dejar pasar sin protesta» las que había pronunciado el Sr. Pando, á quien aseguró que veía visiones, ya que oficialmente no existía la menor noticia de la «verdadera conjuración» á que el señor Pando se refería. Éste rectificó, y repuso:

«Siento, repito, que [el Gobierno] no conozca lo que allí late, lo que allí ocultamente, pero no tanto que yo no lo sepa, se está preparando. En Filipinas, Sr. Presidente del Consejo [¡ahi va la bomba!], circula con gran profusión, y no ahora, sino desde hace algún tiempo, un libro titulado Noli me tángere, que yo suplicaría al Sr. Presidente del Consejo lo estudiara, que bastante tiene que estudiar; pero hágalo con cierto cuidado, porque tiene bastante veneno y pudiera envenenarse su señoría»[1].

El general Pando, al decir que el libro tenía bastante que estudiar, dijo una gran verdad. No hubo más sino que ni Becerra ni Sagasta lo estudiaron, como no lo había estudiado Balaguer. Y que si lo hubieran estudiado, ó no le habrían concedido importancia, ó, de concedérsela, habría sido, sin duda, para condenarlo.

¡Qué diferencia con el criterio de los norteamericanos! Uno muy ilustre, Mr. James A. Le Roy, gran conocedor de Filipinas, en su obra Philipine Life in Town and Country, que ha publicado recientemente, no sólo transcribe con gran encomio párrafos enteros del Noli me tángere, sino que tanto á esta obra como á El Filibusterismo, también de Rizal, concédeles una importancia inmensa y solicita que de ellas se hagan fieles y esmeradas traducciones al inglés, «porque arrojarían una luz grandísima acerca de las cuestiones filipinas,


  1. Diario de las Sesiones de Cortes. Congreso. 12 de Abril de 1889.