Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/19

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
XV
PRÓLOGO

Pero no olviden los filipinos las enseñanzas de Rizal; fué profeta cuando, oponiéndose á la rebelión, ¡por la cual se le fusiló!, decía: «No lograremos la independencia y caeremos en otra esclavitud.» Y, en efecto, sólo han cambiado de amo; cierto es que el de ayer fué pobre y el de hoy es rico y dejará más sobras; pero esto no puede satisfacer a los espíritus elevados. Sigan, pues, la sabia trayectoria que les fijó Rizal: ilústrense, háganse dignos de la libertad, y la libertad vendrá.




Dijimos que los frailes perdieron á Filipinas, y este libro lo demuestra. De 1872 dimana el movimiento activo contra ellos; entonces empujaron al patíbulo á tres virtuosos sacerdotes indígenas, uno de ochenta y cinco años, por el horrendo delito de mantener que las parroquias, detentadas por los frailes, debían ser para el clero secular español y ultramarino. Cuando de niño estuve en Filipinas conocí en tristísima ocasión á uno de los ahorcados, el P. Burgos (ídolo de los filipinos, tan digno de estudio como Rizal). Unos españoles acababan de perder un hijo, cuyo cadáver estrechaba la madre, medio loca, entre sus brazos, cuando vi aparecer un sacerdote joven, apacible, sereno; con maravillosa elocuencia, con un calor humano que sólo saben expresar las almas nobles, se apoderó del ánimo de aquellos padres; con ternura paternal cogió en sus brazos el cadáver y lo acostó en la cuna; al salir de allí, a la madrugada, dejaba un cuadro de resignado hogar cristiano. Aquel hombre me hizo el efecto de un santo. Cuando poco después supe horrorizado que lo ahorcaban, pensé en el Calvario, pensé en Jesús, pensé por primera vez en las infamias humanas. Y, pasada la niñez, recordando aquel hecho y el sedimento que dejaba, comprendí que los frailes habían infligido un golpe mortal al poder de España. Y, en efecto, solo duró veintiséis años.

Pero aun siguieron actos más injustos: un día, los frailes, los que juraron la pobreza, los profesionales de la piedad, llamándose dueños del suelo de un pueblo, lo desahuciaron íntegro, lanzaron al campo á mujeres, niños, ancianos, enfermos, y quemaron luego las pobres viviendas… Aquel pueblo era Calamba, el de Rizal, que vió á sus viejos padres sin hogar… ¿Era esto cristiano? ¿Era politico? ¿Fue hacer por la Patria?

En 1892 se destierra á Rizal por antimonacal, añadiendo que esto es ser antiespañol; en 1896 se lo fusila, sin haber añadido otro pecado á ese; en 1898 se pierde Filipinas, mediando en la capitulación el fraile Nozaleda.