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W. E. RETANA

convento. «Ella se había arreglado; se había puesto sus mejores trajes, y hasta parecía que estaba muy animada. Hablaba mucho, aunque algo incoherente». Volvió á dudar… Al fin entró. La había animado nuevamente la beata Balí…

«Á la noche se comentaban en voz baja con mucho misterio varios acontecimientos que tuvieron lugar aquella tarde.

»Una joven había saltado por la ventana del convento, cayendo sobre unas piedras y matándose. Casi al mismo tiempo, otra mujer salía por la puerta y recorría las calles gritando y chillando como una loca. Los prudentes vecinos no se atrevían á pronunciar los nombres… (Julí, Balí.)

»Después, pero mucho después, al caer la tarde, un anciano vino de un barrio y estuvo llamando á la puerta del convento, cerrada y guardada por sacristanes. El viejo llamaba con los puños, con la cabeza, lanzando gritos ahogados, inarticulados como los de un mudo, hasta que fué echado á palos y á empujones»… (Era el abuelo de Julí, Selo.) Buscó al gobernadorcillo, al juez de paz, al Teniente de la guardia civil… Todos estaban en el convento… «A las ocho de la noche, se decía que más de siete frailes, venidos de los pueblos comarcanos, se encontraban en el convento celebrando una junta. Al día siguiente, Tandang Selo desaparecía para siempre del barrio, llevándose su pica de cazador»… Al P. Camorra lo trasladaron, y no pasó más. Y considerando el Gobierno que alguien debía pagar… lo del banquete de la pansitería, resolvió que continuara preso el infeliz Basilio. Abogó por el estudiante el alto empleado» (el que despachaba con su Excelencia en el pueblo de Los Baños), que dijo en un largo parlamento, entre otras cosas:

«Yo no quiero que España pierda este hermoso imperio, esos ocho millones de súbditos sumisos y pacientes que viven de desengaños y esperanzas; pero tampoco quiero manchar mis manos en su explotación inhumana; no quiero que se diga jamás que, destruída la trata, España la ha continuado en grande cubriéndola con su pabellón y perfeccionándola bajo un lujo de aparatosas ilustraciones. No; España para ser grande no tiene necesidad de ser tirana; España se basta á sí misma; España era más grande cuando sólo tenía su territorio, arrancado de las garras del moro. Yo también soy español; pero antes que español soy hombre, y antes que España y sobre España están los altos principios de moralidad, los eternos principios de la inmutable justicia… Yo no quiero que en las edades venideras sea acusada de madrastra de naciones, vampiro de pueblos, tirana de pequeñas islas; porque sería horrible escarnio á los nobles propósitos de nuestros antiguos reyes. ¿Cómo cumplimos su testamento? Pro-