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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

dote indígena, que exclama (no se olvide), al arrojar el tesoro, refiriéndose á Simoun:

—«¡Dios tenga piedad de los que le torcieron el camino!»; —frase la más hermosa, en medio de su sencillez, la más significativa, la más sublime que se contiene en toda la novela. Que equivale á decir:— ¡Dios tenga piedad de esos españoles, que causando la desesperación de tantos hijos del país nacidos para el bien, les impulsan ciegamente á ser filibusteros!…


II


Casi al mismo tiempo que salía á luz El Filibusterismo[1], ocurrían en Calamba sucesos extraordinarios. Los dueños de la hacienda, los frailes dominicos, llevaban ya algunos años sin cobrar el alquiler de los colonos más o menos allegados á Rizal; y como, según la traza, éstos no se la daban de enmendarse, juzgaron los propietarios que se imponía recabar de los Tribunales de justicia el cumplimiento de lo que entre ellos y sus deudores habíase estipulado. Desde el año de 1833, en que la hacienda de San Juan Bautista de Calamba fué adquirida por dicha corporación, hasta el de 1887, en que las predicaciones de Rizal comenzaron á producir efecto, nada había ocurrido de particular entre amos y colonos; pero á partir de 1887 fué tomando cuerpo entre algunos de Calamba la idea de resistirse á satisfacer el canon, y esto movió á los frailes (en 1890) á reformar las cláusulas con que hasta entonces habían venido contratando. Con arreglo á las nuevas estipulaciones, los frailes eran dueños absolutos de la tierra; podían los colonos, si querían, construir edificios más o menos fuertes, de su propiedad; pero el solar, entiéndase bien, era siempre de la propiedad exclusiva de los frailes: por lo tanto, si los amos desahuciaban á un inquilino, tenía el inquilino que llevarse la casa, pues que por el contrato se le obligaba terminantemente á dejar expedito el solar.

El problema de Calamba ofrecía dos puntos de vista contrapuestos: el legal, que daba la razón á los propietarios, y el moral, que se la daba en cierto modo á los colonos. No hace al caso, en un estudio


  1. El Filibusterismo debió de salir á luz por Septiembre de 1891, y nos fundamos para así creerlo, en que la dedicatoria autógrafa del ejemplar que mandó Rizal á D. Antonio M. Regidor, la fechó en «Gante, 22 Septiembre 1891», y es de suponer, dada la gran amistad que con Regidor le unía, que este ejemplar fuese uno de los primeros que distribuyera. — V. Filipinas ante Europa, núm. 9: Madrid, 28 Febrero 1900.
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