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W. E. RETANA

los filipinos avanzados, y, naturalmente, también Rizal la celebró en sus adentros, y hasta en sus afueras, porque existe el dato positivo de que el gran propagandista, lleno de entusiasmo, se dirigió á Despujol, por carta desde Hong-Kong, brindándole su cooperación en la tarea del mejor gobierno del país, carta que fué recibida precisamente «al mismo tiempo que empezaba á circular [en Filipinas] su último libro» [El Filibusterismo][1], que tanto escándalo produjo entre los pocos españoles que lograron leerlo; y el general Despujol, por tal motivo, le dió la callada por respuesta. Transcurridos algunos meses, en Mayo, Rizal volvió á escribir al General, pero en otro sentido: decíale que «reconociendo la política de generosa atracción, moralidad y justicia planteada…, anunciaba su propósito de volver á este su suelo natal, para realizar él y sus amigos los bienes que le quedaban y pasar con sus familias á fundar en Borneo una colonia agrícola filipina, bajo el protectorado inglés»; á lo que el General dispuso que se le respondiera verbalmente, «por el Cónsul español en Hong-Kong, que hallándose tan falto de brazos el suelo filipino, era obra poco patriótica arrancarle algunos para ir á fecundar extrajera tierra, por lo cual no era posible favorecer oficialmente su proyecto, pero añadiéndole que todo filipino podía en cualquier punto del Archipiélago contribuir libremente, dentro del círculo de las patrias leyes, á la prosperidad del país»[2].

A la verdad, el proyecto de colonización en British Borneo no debió de ser en Rizal muy persistente. Quería, á ratos, desposeerse de toda preocupación política; pero le era imposible: había nacido para político; tenía bien determinada su vocación de propagandista; hacer Patria era la mayor de sus ilusiones. Y en tanto que brindaba su concurso á Despujol para facilitarle la tarea de gobernar con acierto, Rizal trabajaba, trabajaba[3]… y meditaba, redactaba


    »Dése cuenta al Excmo. Sr. Ministro de Ultramar de esta determinación con expresión de los motivos en que se funda, y — Comuníquese. —Despujol.» —Gaceta de Manila, número del 11 de Enero de 1892.

  1. Consta así en el decreto, que más adelante reproducimos íntegramente, por el cual Despujol dispone la deportación de Rizal.
  2. Palabras de Despujol, en su decreto citado.
  3. La llegada de Rizal á Hong-Kong se notó en seguida. No hizo más que llegar, y ya influyó en la prensa de aquella colonia inglesa. Véase el texto integro de una hoja, que á manera de proclama circuló por Filipinas. Lleva por titulo Rizal, y dice así, exactamente:
    «Copiado de Hongkong Telegraph de 3 de Diciembre de 1891.
    »Hace unos tres años, fundándonos en testimonios de víctimas y testigos presenciales, nos ocupamos de los abusos de la teocracia en Filipinas. Nuestra censura le valió al Telegraph el ser expelido de todo el territorio gobernado por los frailes cuya conducta nos habia servido de tema, y por algun tiempo se le consideró como contrabando en todos los