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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

pujol no hacía ningún caso de los frailes; Despujol amaba la tierra, de la que había dicho en uno de sus discursos:— «Aquí, donde parece que brota como por generación espontánea la delicada flor de la gratitud…» —¡Nunca mejor ocasión para hollar de nuevo la bendita patria! — Despujol, decididamente, le inspiraba á Rizal gran confianza; además, estábale Rizal reconocido, porque aquella «protectora» autoridad había tenido «clemencia» para los calambeños desterrados[1]… ¡Nunca mejor ocasión!… Y Rizal arregló sus papeles, y, acompañado de una hermana suya, embarcó en Hong-Kong y se fué á Manila, después de cuatro años corridos de dolorosa ausencia. ¡Bendito Despujol, que le proporcionaba la inmensa felicidad de volver á respirar las auras patrias!…

Se nos figura verle navegando, siempre en la proa del buque, creyendo que así llegaba antes á la tierra adorada… ¿Qué pensaría?… ¿Iba á lo que había ofrecido, á realizar lo poco que le quedaba, y con sus deudos y amigos marcharse cuanto antes á Borneo, ó iba ó proseguir prácticamente sus ansías de laborante pro patria? No carece de valor esta declaración, debida á la pluma de un panegirista suyo: en cierta ocasión (1890?), departiendo Rizal con Ruiz Zorrilla, dijo aquél á éste que «era menester predicar una idea ó una doctrina allí mismo donde se quiere que arraigue y fructifique, alegando á la vez que la razón de no vencer el republicanismo en España era el retraimiento de sus prohombres del terreno de la lucha»[2]. Rizal iba á emprender una campaña activa por nuevos procedimientos, confiando más de lo razonable en la benevolencia del General, que había ya comenzado á abrir el ojo, y percatádose de que el entusiasmo de que tan repetidas muestras le daban los filipinos, no era de todo punto sincero ni verdaderamente desinteresado[3]; Rizal iba


  1. Por su decreto de 11 de Marzo de 1892, publicado en la Gaceta de Manila, que comenzaba con estas palabras: «Deseando solemnizar mi cumpleaños…», el general Despujol indultó á algunos de los desterrados de Calamba, entre los cuales figuraban deudos y amigos de Rizal.
  2. La Independencia, número citado del 25 Septiembre 1898.
  3. «Un mes antes de que Rizal llegase á Filipinas, el Gobernador general había pasado una circular reservada á algunos Gobernadores para que vigilasen á ciertos pájaros. — Muchos de los papeles cogidos al verificarse los registros domiciliarios [á los pocos días de la llegada de Rizal], tienen signos masónicos. Son masones casi todos los sospechosos de Filipinas. En estos últimos meses han ingresado en la Masonería bastantes indios y mestizos. En la Pampanga se han cogido muchos mandiles… — Los domicilios registrados en Manila son los de Doroteo Cortés, Albert, Abreu, Lucban, Salvador (gobernadorcillo de Quiapo), Poblete y otros. Y se nos ocurre: si estos dos últimos fueron poco menos que los organizadores de aquella manifestación de simpatía [á Despujol], ¿cómo se les registra la casa?» —W. E. Retana: La Política de España en Filipinas, año 2.º (1892), páginas 231-232.