Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/279

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
259
VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

sincrasia, arrancarse de cuajo las ideas, anular su propio espíritu, desoir la voz de su conciencia. No todos pueden humanamente cumplir lo que prometen. La dama pecadora se confiesa, y, arrepentida, promete no perseverar en el pecado… ¡y á las cuarenta y ocho horas vuelve á caer en brazos del amante! Rizal creía (es de suponer que lo creyera) que no acababa de faltar á su promesa desde el momento en que, al meterse en política, lo hacía reservadamente. Las consideraciones que sugiere su conducta como propagandista, son de un orden moral distinto á las que sugiere la declaración (si la hizo, que á nadie le consta de una manera terminante) de que acaso fuera su hermana quien llevase los papeles… Aun no se ha dicho qué personas oyeron esas palabras; aun no se sabe si las pronunció ante el propio General[1]. De aquí dimanan las dudas de la crítica.

Quiso la fatalidad que el Oficial de carabineros que presidió el registro del equipaje de Rizal en la Aduana de Manila fuese un sobrino del arzobispo Nozaleda[2], fraile dominico; y por si esto no era bastante á excitar la suspicacia de los ya, de condición, suspicaces filipinos, tiénese que añadir otra circunstancia especialísima, es á saber: que á poco de la llegada de Rizal á su país, el Juez de Intramuros, D. Miguel Rodríguez Bérriz, descubrió en la imprenta que á la sazón tenían los frailes agustinos en el Asilo de Huérfanos de Malabón ó Tambóbong (pueblo inmediato á Manila), los moldes de varias proclamas filibusteras[3]; y la lógica popular discurrió así:


  1. Pudo haberla hecho, pero no consta con pruebas de ninguna clase. Parece ser que Rizal fué llamado á Palacio por el general Despujol, y que desde Palacio fué conducido á la fuerza de Santiago por un ayudante de S. E.— «Tuvo con el general Despujol varias conferencias, concluyendo en la última por salir del palacio de Malacañang directamente para la fuerza de Santiago, conducido por un ayudante.» —Carta anónima, fechada en Manila, 11 Julio 1892, publicada en El Dia, de Madrid, del 15 de Agosto siguiente.
  2. «Según se decía, un oficial de Carabineros, sobrino del arzobispo Nozaleda, los metió (los papeles subversivos, en el equipaje de Rizal) para perderle.» —Sensacional Memoria, páginas 64-65. Dejamos al señor Reyes la responsabilidad de tan graves palabras.
  3. «Se ha probado después que éstos [impresos] ó semejantes hojas subversivas han sido impresas por el establecimiento tipográfico de los padres agustinos de Malabón, para atribuirlas luego á los progresistas filipinos. El juez Sr. Rodríguez Bérriz sorprendió los mismos moldes, y no sabemos en qué ha venido á parar el expediente que había incoado de acuerdo con Despujol.» —La Sensacional Memoria; pág. 64, nota.
    «Los hombres que alli (en Filipinas) suspiran por verse libres, conocían el origen de esos escritos, que las comunidades [religiosas] denunciaban; pero no conseguían que los creyeran los Gobernadores. Al fin uno de ellos, el general Despujol, se cercioró de que el origen estaba en los mismos religiosos. Sabedor que las últimas proclamas habían sido impresas en un establecimiento tipográfico de los frailes agustinos, ordenó