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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

acuerdo (y por ello merecerá la gratitud de los filipinos), sobre no rebajarse discutiendo por escrito con Rizal, esforzóse cuanto le fué posible por conseguir atraérselo. ¿Qué otra cosa debía hacer un discípulo de aquel que fué la Suma Piedad, el Gran Maestro Jesús?

Dió ocasión á la polémica la carta que con fecha 1.º de Septiembre de 1892 dirigió Rizal al P. Pastells; carta que comienza así[1]:

«Mi muy estimado Padre Pastells: Aunque no he tenido el honor de merecer una carta de V. R., el precioso regalo que, por conducto de mi amado profesor el P. Sánchez[2], se ha dignado enviarme, y las cuantas líneas que me dedica en su carta al P. Obach[3], me ponen en el deber de escribirle, pues no tengo nadie allí[4] que pueda darle cumplidamente las gracias de mi parte.

(El regalo del P. Pastells consistía en un ejemplar de las obras del famoso polemista católico D. Félix Sardá y Salvany.)

»Conozco de muy antiguo los escritos del Sr. Sardá por haberlos leído en el Colegio: y en mi pobre concepto le tengo por el polemista más diestro para difundir en cierta clase de la sociedad las ideas que sustenta. Juzgue, pues, si sus obras serán para mí de gran valor. Esto, por lo que respecta á la obra en sí; que en cuanto á su procedencia, así vinieran los tomos en blanco, bastaban ser de V. R. para


    es ese monumento, sin par en la Bibliografía filipina, que ha erigido á la Historia al reimprimir (Barcelona, 1900-1903), con miles de ilustraciones, la célebre crónica del P. Colin, intitulada Lavor evangélica, etc. (Madrid, 1663); la tarea realizada por Pastells, obra de muchos años de penosas investigaciones, es de las que consagran para siempre, en el más subido grado, una reputación científica.

  1. Cuantas diligencias hemos hecho por lograr una copia de la correspondencia cambiada entre Rizal y el P. Pastells, han sido estériles; pero no tanto que no lográsemos un extracto de algunas de las cartas y la copia íntegra de la escrita por Rizal á 11 de Noviembre de 1892. Parece ser que el Sr. Mariano Ponce, íntimo amigo que fué del Autor, posee los borradores de todas estas cartas.
  2. Francisco de P. Sánchez, eminente naturalista jesuita, profesor que había sido de Rizal en el Ateneo de Manila, llegó á Dapitan inmediatamente después que Rizal con el pretexto de estudiar la lengua bisaya; pero la verdad es que fué á ver si lograba ganar la conciencia del relapso deportado. La permanencia del P. Sánchez en Mindanao sirvióle para verificar estudios inductivos admirables, que pueden verse en los tomos de Cartas que desde 1877 vienen publicando en Manila los jesuitas de la Misión de Filipinas. Conozco hasta diez volúmenes, en todos los cuales hay estudios científicos sobresalientes, en particular los que tocan á la geografía, la etnografía y la lingüística de Mindanao y Joló.
  3. Antonio Obach, escritor de mérito, colaborador de las Cartas mencionadas; ha estado muchos años en Dapitan. Por cuestiones domésticas, como ya veremos en el lugar oportuno, Rizal tuvo algunos rozamientos con este religioso.
  4. Ahí (en Manila). Los filipinos, aun los más ilustrados, incurren frecuentemente en el error de hacer sinónimos allí y ahí.