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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

yo me doy, cuando dice: «En algunas consideraciones más hubiera querido extenderme, especialmente para rebatir sus ideas de separatismo, para el triunfo del cual se cree V. enviado», etc. No quiero suponer en V. R. propensión á los juicios temerarios ni creer que esté algo influído de la general costumbre en Filipinas de acudir á los resortes del filibusterismo, separatismo, patriotismo, etc.; creería más bien haberme expresado mal si V. R. no me copiase los párrafos de donde deduce semejante conclusión; pero los releo y no hallo en ellos semejante pensamiento. ¿Duda, como yo, el que se cree enviado por Dios? Pero, en conciencia, ¿no cree V. R. que la más humilde de las criaturas no tenga algún fin que llenar en esta tierra? Si hubiese seres inútiles, seres cuya existencia fuese en absoluto indiferente, ¿no es una crueldad el crearlos sabiendo que en este mundo es mayor la suma de dolores que la de placeres? Puedo ser muy bien el partidario de una idea, y creo que lo soy; pero de esto á ser el mismo enviado para hacerla triunfar, hay gran distancia. Entre el soldado que maneja el zapapico y el que dirige la campaña, hay todo un escalafón; entre la avanzada y la última carga, que ha de recoger el fruto de la victoria, media un tiempo transcendental, media toda una batalla. Y luego, ¿quién le dice á V. R. que el bien de mi país, que es todo lo que yo persigo, sólo puede encontrarse en el filibusterismo?[1]

»Y para que V. R. vea que yo soy siempre el hombre común y vulgar, que se somete á las circunstancias, le participaré que me dedico á la agricultura. ¿Á qué puede uno dedicarse en Dapitan? ¿Ve V. R. un enviado de Dios sembrado café y cacao? Risum teneatis!»[2]

Poco después al estado de su espíritu parecía evolucionar un tanto hacia la fe católica. Hé aquí lo que decía á su ilustre contendor:

«He examinado estos días mis creencias y sus fundamentos; he pasado revista á lo poco que me ha quedado del «naufragio de la fe», como diría mi querido profesor el P. Sánchez, ó bases sólidas que se


  1. Uno de los conceptos que mejor reflejan el pensamiento y los anhelos de Rizal: «si para lograr el progreso de mi patria, España necesita el holocausto de mi vida, ¿para qué quiero la vida, si la Patria es antes?» Digámoslo una vez más: cuanto más se ahonda en los escritos de Rizal, más se agiganta la grandeza de su alma.
  2. He sido el primero que ha publicado esta carta (Nuestro Tiempo, 10 Noviembre 1905). Después la han reproducido varios periódicos filipinos, entre otros, La Independencia y El Grito del Pueblo. Aunque los jesuítas ofrecieron publicar algún día toda la controversia, es lo cierto que no lo han verificado hasta el presente; respetamos las razones que tengan para mantener inéditas tan curiosas cartas. Como favor especial, que agradezco vivamente, he logrado fragmentos y extractos de algunas otras, que son los que en el texto se transcriben. — De la carta copiada íntegramente, me facilitó otra copia, á primeros de 1897, un fraile agustino.