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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

pero de todos modos, le pido perdón por mi falta: no volveré á hacer nunca cosa que desagrade á usted.»


«Algunas noches después, serían las ocho y media, llegaba yo á mi casa de dar un paseo; al subir las escaleras, lo primero que vi fué al niño aquel, sentado debajo de la lámpara del comedor, solo y leyendo en sus inseparables Fábulas: me acerqué á él, se puso en pie, y vino á darme las buenas noches. Le cogí de la mano y me senté al lado de la ventana, haciendo que él lo hiciera á mi lado. — «Por qué, le dije, no vas á jugar con tus compañeros? ¡Mira cómo se divierten! ¿No oyes cómo ríen de contento?»

— Este libro también me divierte, contestó.»

Y á seguida refiere el Sr. Xerez otra anécdota que da idea de la delicadeza de los sentimientos del niño Rizal. Sus colegas entreteníanse en martirizar á cuantas cucarachas habían á las manos, y aquél les reprendió, invocando que quien maltrata á un animal no muestra buen natural.

De aquella casa, Rizal pasó al Ateneo jesuítico en calidad de interno. Merecen quedar transcritas aquí las palabras que siguen, debidas á la pluma de un condiscípulo suyo[1]:

«Aun recordamos, como si fuera ayer, á Rizal de niño, siendo interno en el Ateneo Municipal, con blusa de rayadillo y su pantalón de cáñamo, que era entonces el traje de reglamento para los colegiales, jugando en el recreo con los demás compañeros y llamando la atención, tanto de sus maestros como de los demás padres jesuitas, la viveza de su carácter, contrarrestada por una exquisita sensibilidad moral y un aplomo impropio de sus pocos años. Todavía viven algunos de los profesores de Rizal, y aseguran que, aun de niño, no hubo necesidad, para corregirle, de ningún castigo ni segunda amonestación; era tal su docilidad y afable carácter, que á todo se amol-


  1. Homenaje á Rizal, publicado en el folletín de La Democracia, diario de Manila; transcrito en Rizal, «semanario científico, político y literario», cuyo primer número (donde comenzó á reproducir el Homenaje) vió la luz en Manila, á 16 de Octubre de 1899; murió pronto este semanario. En cuanto al Homenaje aludido, del que se hizo tirada aparte, consta de un tomo en 8.º de 417 págs. (y la v. en b.). Contiene, además de la portada y el índice, que va por delante: Al lector. — Biografía (cortísima y con inexactitudes; rapsodia de lo publicado por La Independencia). — Y la reproducción de los principales trabajos de Rizal publicados ya en La Solidaridad. Cierra el volumen una carta del profesor Blumentritt, fechada en Leitmeritz, 16 Nbre. 1898, publicada antes en La Independencia, en la cual reproduce la que Rizal le dirigió á su venida á España (á bordo del Isla de Panay, 28 Septiembre 1896) y la que le escribió hallándose en capilla, de las cuales incluímos sendas copias en los lugares correspondientes.