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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

inteligencias, admiradoras de ta gloria! ¡Salve, grandiosa obra de la mano del Potente, orgullo de las Españas; flor la más hermosa que ciñe mis sienes, yo te saludo! Tú eclipsarás las glorias de la antigüedad; tu nombre, escrito en letras de oro en el templo de la Inmortalidad, será la desesperación de los demás ingenios! ¡Gigante poderoso, serás invencible! Colocado como soberbio monumento en medio de tu siglo, todas las miradas se encontrarán en ti. Tu brazo poderoso vencerá á tus enemigos, cual voraz incendio consume la seca pajilla. ¡Id, inspiradas Musas, y cogiendo del oloroso mirto, laurel bello y rosas purpurinas, tejed en honor de Cervantes inmortales coronas! Pan y vosotros, Silenos, Faunos y alegres Sátiros, danzad en la alfombra de los umbrosos bosques, en tanto que las Nereidas, las Náyades, las bulliciosas Ondinas y juguetonas Ninfas, esparciendo mil olorosas flores, embellecerán con sus cantos la soledad de los mares, las lagunas, las cascadas y los ríos, y agitarán la clara superficie de las fuentes en sus variados juegos!»

Manila, 13 de Abril de 1880.»


De suponer es que esta inspirada apología de Cervantes se haya escapado á la diligencia de muchos bibliógrafos cervantistas.

Aquel año de 1880, y á poco de haber ganado tan honroso premio, Rizal estuvo por primera vez en el palacio de Malacañang, residencia oficial del Jefe superior de la colonia; y estuvo, dice[1], «porque fuí atropellado y herido en una noche obscura por la Guardia civil, porque pasé delante de un bulto y no saludé, y el bulto resultó ser el teniente que mandaba el destacamento; fui herido traidoramente sin que antes mediasen palabras: me presenté al Sr. Primo de Rivera; no le vi á S. E.… ¡ni obtuve justicia tampoco!» — La verdad es que el contraste se presta á algunas filosofías: de un lado, un Tribunal literario otorgando á Rizal un primer premio; de otro… la herida por la espalda, porque él, ¡el indio!, ¡cometió el desacato, en noche obscura, de no distinguir al teniente de la Guardia civil y pasar sin saludarle reverentemente!…

Aunque Rizal, desde Abril de 1877, no concurría á las aulas de los jesuítas, puesto que se hallaba estudiando facultad, que sólo se cursaba en la Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás, regida por frailes dominicos, no olvidaba á sus antiguos profesores y continuó relacionado con éstos, y aun tomando sus lecciones. Habían los jesuítas creado, dentro de su Ateneo, dos Academias, intitulada una de ellas «de Literatura Castellana», y nombraron á Rizal su Presi-


  1. Al Excmo. Sr. D. Vicente Barrantes; articulo publicado en La Solidaridad, núm. 25: Madrid, 15 de Febrero de 1890.