Página:Vigilanti cura.pdf/9

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

Por otra parte, los acontecimientos descritos en la película son realizadas por hombres y mujeres especialmente seleccionados por sus dotes naturales y por el uso de aquellos artificios que también pueden convertirse en un instrumento de seducción, sobre todo para los jóvenes. A esto se añade el lujo de las escenas, lo agradable de la música, el realismo desvergonzado y extravagante en todas las formas de capricho. Y por esa misma razón fascina con particular atractivo sobre los jóvenes, los adolescentes y los mismso niños. Por tanto, en la misma edad en que se está formando el sentido moral y se van desenvolviendo las nociones y los sentimientos de justicia y de rectitud, en que surgen los conceptos de los deberes y de las obligaciones, de los ideales de la vida, el cine, con su propaganda directa, toma una posición dominante.

Y, por desgracia, en las presentes circunstancias, con mucha frecuencia se sirve de ella para el mal. Así que al pensar en tales estragos en las almas de los jóvenes y los niños, en tantos que pierden su inocencia en los cines, viene a la mente la terrible condenación de nuestro Señor a los corruptores de niños: «El que escandalizare a uno de mis pequeños, más le valdría que le atasen del cuello una piedra de molino y le arrojasen a las profundidades del mar»[1].

Por tanto, una de las necesidades supremas de nuestro tiempo es vigilar y trabajar para que el cine no siga siendo una escuela de la corrupción, sino más bien se transforme en una herramienta valiosa para la educación y elevación de las humanidad.

Aquí recordamos con agrado que algunos gobiernos, preocupados por la influencia del cine en la moral y en la educación, han creado, mediante personas probas y honestas, y principalmente padres y madres de familia, especiales comisiones de censura, a las que corresponde inspeccionar, revisar y dirigir todas las películas que se produzcan.

  1. Mt 18,6.