Por un Estado de Derecho frente al actual proceso de anticonstitucionalidad, 26 de junio de 2009. Parte II

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LA ENTREGA DE BOLIVIA.


Del mismo modo que la neo oligarquía en sus orígenes, el gobierno actual está forjando una clase de nuevos ricos, fundamentada firmemente en la corrupción funcionaria. Así se generó también la neo oligarquía moderna, a partir de 1952, en base a las exacciones dolosas de las arcas fiscales y de las empresas del Estado. De ella parten también, los mismos formadores de la partidocracia actual, autora del proceso destructivo nacional; cuyos integrantes hoy reclaman por las autonomías departamentales, luego de empoderarse política y económicamente, con las dictaduras centralistas de René Barrientos Ortuño, Hugo Banzer Suarez y Luis García Meza, por ejemplo, y, luego, en todos los gobiernos democráticos. Cabe preguntarse si la nueva clase de ricos masistas se incorporará a pertenecer a esta neo oligarquía, en una posibilidad de entendimientos subterráneos; como ya lo realizaron previamente, cuando se incorporaron al gobierno movimientista de Carlos Mesa, quien se hacía pasar por independiente.

Es lo mismo que sucedió con los izquierdistas rusos, chinos, europeos o cubanos; quienes después de abanderarse como líderes del proletariado, se convirtieron en los nuevos amos de un poder estatista absoluto, muy privilegiado en bienes personales y dinero; mientras sus pueblos vivieron o viven en la pobreza económica y social. Estas contradicciones de clase, después se hacen aún más patentes, cuando los nuevos plutócratas de izquierda se rinden ante el dinero burgués de occidente; promoviendo reformas económicas, como la “perestroika” rusa, para insertarse en la economía de mercado capitalista y levantar después sus propias empresas privadas; como sabemos que sucedió con el mundo comunista, a partir de 1987. En el caso boliviano, de la misma manera que los marxistas de aquellos países, han renegado del oro capitalista y se rindieron ante el; ya los masistas están adelantándose en decir que buscan retornar a las relaciones con los Estados Unidos, dizque porque ya gobierna otro Presidente en ese país, como es Barack Obama, y porque es de raza negra. Estas relaciones, aparentemente indispuestas, después de aquel sainete de berrinche que protagonizaron con el embajador estadounidense Philip Goldberg; así como, con la expulsión de los agentes de la embajada norteamericana, como Vincent Cooper y Francisco Martínez; este último, quien sostuvo reuniones clandestinas con el prefecto del Beni Ernesto Suárez. Sin embargo, luego de estas medidas, no representaron, convenientemente, una real ruptura de relaciones con la potencia del norte. No existe un solo embajador estadounidense o un agente de la CIA, que actúe sin el consentimiento del Departamento de Estado norteamericano, en cualquier tipo de conspiración que fuese. Goldberg, Cooper o Martínez, no han sido sancionados por el gobierno de su país, como hubiera sucedido si su actuación fuera por cuenta propia.

La pantomima antiimperialista, que este gobierno realiza, para dar ante el público, una apariencia revolucionaria; queda al descubierto, cuando sus autoridades declararon ante los medios de prensa, el 19 de marzo de este año, acerca de la nueva modalidad que tomará su sometimiento a las órdenes del gobierno estadounidense. En efecto, el Canciller David Choquehuanca anunció que una comisión del Poder Ejecutivo, integrada por los delegados del Ministerio de Planificación del Desarrollo, viajará en breve, a los Estados Unidos, para realizar las gestiones de retoma de las relaciones entre Bolivia y Norteamérica. Esto está consignado en el periódico gubernamental CAMBIO, de 20 de marzo de 2009, en la página 11; en el cual, Choquehuanca hace las siguientes declaraciones, bajo el titular de prensa “Bolivia y Estados Unidos buscan encauzar sus relaciones”: “Estados Unidos ha manifestado su acuerdo para trabajar. Vamos a encomendar al Ministerio de Planificación que pueda conformar comisiones que vayan trabajando el encauzamiento de nuestras relaciones (con Estados Unidos) con nuevas reglas de juego” “…Van a ir a Washington, (y) van a venir (representantes) de los Estados Unidos a Bolivia. Es una reunión que se va a iniciar tanto en Bolivia como Washington” (sic).

El mismo periódico oficialista, registra en la página 8, que este gobierno también llevará a cabo la reestructuración de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB); bajo la dirección del Banco Mundial, (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y los países de Canadá, Holanda y Noruega; según las declaraciones públicas del Presidente de YPFB, Carlos Villegas. La nota dice: “Así lo anunció el presidente de Yacimientos, Carlos Villegas, indicando que este proceso de relanzamiento cuenta con el apoyo de la cooperación internacional, bilateral y multilateral. Mediante reuniones se tuvieron resultados importantes con Noruega, Canadá y Holanda a nivel bilateral; y con el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fueron a nivel multilateral. Sostuvo que el próximo 25, 26 y 27 de marzo, se reunirán en la ciudad de La Paz con los entes de cooperación, para definir los compromisos de la reestructuración de YPFB” (sic).

Esto significa que Bolivia, una vez más, está siendo entregada al intervencionismo imperial norteamericano y europeo; en la forma de los instrumentos de siempre, como el BM y el BID o los países de Canadá, Holanda y Noruega, que también forman parte del sistema de dominación global; para controlar nuestra producción hidrocarburífera y condicionarnos económicamente, tal como las potencias del hemisferio norte, lo hacen desde hace más de un siglo. Los Estados Unidos continúan, desde luego, su política hegemónica de siempre, bajo la presidencia de Barack Obama, quien declaró ante la prensa internacional, el 27 de marzo de 2009; su plan de seguir controlando los países de Pakistán, Afganistán e Iraq, con las fuerzas militares norteamericanas. El régimen del MAS, no es otra cosa que un instrumento más, con cara de izquierda, del sometimiento a los dictámenes norteamericanos; del mismo modo, que lo fueron los anteriores gobiernos de la derecha. Esto también sucedió con los anteriores regímenes, que se presentaron con una faz izquierdista, mientras recibieron a manos llenas, la dádiva del imperialismo estadounidense; como sucedió con el MNR, durante su dictadura entre los años 1952 a 1964, a tiempo que aplicó las medidas económicas, para paliar el desastre que ocasionó aquel régimen, dictadas por Jackson Eder, y la dirección de los enviados del Departamento de Estado norteamericano, como Milton Eisenhower. Asimismo, la UDP, en el gobierno, con Hernán Siles Zuazo, que se preciaban de pertenecer a una izquierda revolucionaria; recibían las órdenes directas de los Estados Unidos, mediante el embajador en Bolivia, Edwin Corr, quien fuera apodado “el Virrey”; porque transitaba en cualquier momento por las oficinas de Palacio de Gobierno en Bolivia y declaraba frecuentemente, ante la prensa nacional, acerca de las instrucciones que había impartido a las autoridades del gobierno udepista.

En consecuencia, una Bolivia arruinada económicamente y al borde de la disgregación interna, será una víctima fácil del imperialismo global que las provocó, sabiendo premiar generosamente, como siempre, a sus colaboradores internos; sean estos los integrantes de la derecha neoliberal o los del marxismo de izquierda.

BUSCAR UNA RESPUESTA POLÍTICA Y LEGAL.

Para lograr retomar el rumbo político y jurídico para nuestra Nación, y con la finalidad de alejar los peligros que la acechan, se debería:

- Realizar una revisión responsable, respecto al cumplimiento de los actos políticos y jurídicos realizados hasta el presente; con el fin de comprobar si se enmarcaron en la Constitución Política del Estado y las leyes de la República, y en qué puntos se ha violado la constitucionalidad; así como llevar a cabo una auditoría de los recientes actos electorales y referendarios. Necesario será señalar las instancias confiables para llevar a cabo esa investigación.

- Al plantearse el cuestionamiento del rol legal jugado por la Corte Nacional Electoral (CNE), se debe realizar una auditoría; para: a) Comprobar la legalidad, veracidad y transparencia de sus registros de partidos y agrupaciones ciudadanas; b) la veracidad de su padrón electoral, y revisar si existen irregularidades en las listas de los ciudadanos inscritos para votar; y cómo es que existen identidades múltiples, según las denuncias; c) en función de los dos anteriores incisos, determinar si la CNE incurrió o no en actos de fraudes electorales en las pasadas gestiones y en la presente.

Supuestamente, quienes hoy detentan el control del gobierno, las autoridades de los poderes del Estado, de la Asamblea Constituyente, prefecturas y cualquier institución involucrada; deberían dar curso, voluntariamente, a las revisiones legales pertinentes, si no tuvieran nada que encubrir. Es más, en caso de colocarse ante la luz pública, los actos dolosos en este proceso y su consiguiente ilegalidad; debería ser natural que permitieran dar a esta situación, la toma de un verdadero rumbo legal, si es que estuvieran imbuidos de legitimidad en sus propósitos. Pero, dado que han dañado el Estado de Derecho en Bolivia, sus reacciones ante este problema no se regirían precisamente, por motivaciones de integridad moral, patriotismo o justicia.


UN NUEVO RUMBO PARA LA NACIÓN.

Como fruto de las acciones que aquí se plantean, deberíamos realizar la toma de un nuevo rumbo político y jurídico, como Nación, según indicamos en el resumen que sigue:

- Por un Estado de Derecho. Dirigirnos hacia la institución en Bolivia de un Estado de Derecho, en base a la constitucionalidad, el respeto de las leyes y la plena vigencia de los Derechos Humanos inviolables de la población.

- Un nuevo proceso constituyente para construir el Nuevo Estado Boliviano. Llevar a cabo un nuevo proceso constituyente, responsable y legal, que nos dirija hacia la instauración de un Nuevo Estado Boliviano, para generar un reordenamiento político y económico, por la soberanía e integridad de Bolivia; porque el presente proceso constituyente y autonómico es un fracaso que ha profundizado la división nacional, el desorden político, la inseguridad ciudadana, la ilegalidad jurídica y la pobreza económica y social. La misma nueva constitución masista, es un absurdo político y jurídico desde su nacimiento.

- Una nueva idea nacionalista para los pueblos. Ante la caducidad del modelo neoliberal, que impuso Norteamérica y sostuvieron sus partidos de la derecha boliviana; ya no se debe volver a este mismo sistema, que ha demostrado ser ineficaz para Bolivia, porque ello nos representaría una regresión política e histórica. Tampoco se debe seguir sosteniendo el actual régimen que nos gobierna; porque su incapacidad para solucionar la pobreza, ya nos demostró que se basa en los viejos moldes marxistas, que demostraron sobradamente su ineficacia en la historia mundial y nacional; como el caso de la ex UDP, las dictaduras terroristas de izquierda de los generales Alfredo Ovando y Juan José Torres y con la claudicación de los regímenes comunistas de antaño. Deben ser superados estos dos modelos conservadores, como son el neoliberalismo y el marxismo; que aún quieren atar a los latinoamericanos y a los bolivianos, a ese pasado de la bipolaridad y la guerra fría del siglo XX. Bolivia tiene que avanzar hacia nuevas etapas de desarrollo económico e industrial, sobre la base de sus grandes recursos naturales; para constituirse en un Nuevo Estado Geopolítico, cuyo pueblo participe de un porvenir de continua superación espiritual y material, en su ingreso al siglo XXI; con una nueva idea nacionalista y nuevos conceptos políticos, sociales, económicos, culturales e internacionales de avanzada. Así, construir con los países americanos y del mundo, un frente común para resguardar nuestras soberanías y asumir los propios nacionalismos; ante el avasallamiento del capitalismo global.

Bolivia no le pertenece a unos grupos de intereses políticos y económicos, que utilizan el lenguaje regionalista o racista para confrontarnos y obtener ventaja de ello. Tenemos el desafío delante nuestro, para construir el PODER BOLIVIANO; basados en que somos una sola Nación, dentro de la cual debemos integrarnos, como la comunidad de todas las regiones, razas y clases sociales, sin discriminaciones ni divisionismos; en una sola voluntad de victoria.

¡Por Bolivia engrandecida y renovada! ¡Bolivia unida jamás será vencida!

La Paz, 26 de junio de 2009


Sergio Raúl Portugal Joffre