Relación acerca de las antigüedades de los indios/21

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CAPITULO XIX

Cómo hacen y guardan los cemíes de madera o de piedra.

Los de madera se hacen de la siguiente manera: Cuando alguno va de camino y le parece ver algún árbol que se mueve hasta la raíz, aquel hombre se detiene asustado y le pregunta quién es; el árbol responde: "Trae aquí un buhitihu; él te dirá quién soy". Aquel indio, llegado al médico, le dice lo que ha visto. El hechicero o brujo va luego a ver el árbol de que el otro le habló, se sienta junto a él y hace la cohoba, como arriba hemos dicho en la historia de los cuatro hermanos. Hecha la cohoba, se levanta y le dice todos sus títulos como si fueran de un gran señor, y le dice: "Dime quién eres, qué haces aquí, qué quieres de mí y por qué me han hecho llamar; dime si quieres que te corte, o si quieres venir conmigo, y cómo quieres que te lleve; yo te construiré una casa con una heredad." Entonces, aquel árbol o cemí, hecho ídolo o diablo, le responde diciendo la forma en que quiere que lo haga. El brujo lo corta y lo hace del modo que se le ha ordenado, le edifica su casa con una posesión, y muchas veces al año le hace la cohoba, cuya cohoba es para tributarle oración, para complacerle, para saber del cemí algunas cosas malas o buenas, y también para pedirle riquezas. Cuando quieren saber si alcanzarán victoria contra sus enemigos, entran en una casa en la que no penetra nadie sino los hombres principales; su señor es el primero que comienza a hacer la cohoba y toca un instrumento. Mientras éste hace la cohoba ninguno de los que están en su compañía habla hasta que éste ha concluido. Después que acaba su discurso, está algún tiempo con la cabeza baja, y los brazos encima de las rodillas; luego alza la cabeza mirando al cielo y habla. Entonces, todos contestan a un tiempo con voz alta, y luego que han hablado todos para darle gracias, les cuenta la visión que tuvo embriagado con la cohoba que tomó por la nariz y se le subió a la cabeza; dice haber hablado con los cemíes, y que los indios conseguirán victoria; que sus enemigos huirán; que habrá una gran mortandad, guerras, hambres u otras cosas tales, según él, que está borracho, quiere decir. Júzguese cómo tendrán el cerebro, pues dicen que han visto las casas con los cimientos hacia arriba, y que los hombres caminan con los pies mirando al cielo. Esta cohoba se la hacen no solamente a los cemíes de piedra y de madera, mas también a los cuerpos de los muertos, según arriba hemos dicho. Los cemíes de piedra son de diversas hechuras; algunos hay que suponen sacados por los médicos del cuerpo de los enfermos; de éstos guardan aquellos que son mejores para el parto de mujeres preñadas. Hay otros que hablan, los cuales son de figura de un grande nabo con las hojas extendidas por tierra, y largas como las de las alcaparras. Estas hojas se parecen generalmente a las del olmo; otras, tienen tres puntas y creen que ayudan a nacer la yuca; su raíz es semejante al rábano, la hoja tiene generalmente seis o siete puntas; no sé a qué cosa compararla, porque no he visto alguna que se le parezca en España, ni en otro país. El tallo de la yuca es de la altura de un hombre. Digamos ahora de la fe que tienen en lo que se refiere a sus ídolos y cemíes, y de los grandes engaños que de éstos reciben.