Representación de la Junta de los 36 a Manuel Flix (1713)

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​Representación entregada al conseller en Cap Manuel Flix y Ferreró en protesta por su obstruccionismo​ de la Junta de los 36
Nota: Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB), C-I-18, s.f.

S

excelentísimo señor:

Resolvió Cathalunya, representada en los tres Excelentísimos y Fidelísima Brazos Generales, su Gloriosa defensa y para facilitar más la práctica de ella destinó una Junta de treinta y seis personas, compuesta igualmente de individuos de dichos tres brazos, confiriendo a ella todo aquel poder que en ellos residía, deponiendo toda su confianza en las resoluciones que de sus congresos dimanarían.


Esta Junta de treinta y seis personas, dando principio al desempeñar de su incumbencia, dispuso la nominación de generales, formación de cuerpos tanto de infantería como de caballería, compra de caballos, equipajes, armas, provisiones de boca y guerra y medios para la subsistencia de las tropas que se alistaban y van alistándose y ha practicado todo lo que ha cabido en su posibilidad. Los medios son los que más se llevan la atención en los asuntos de la guerra, porque son tan necesarios como la alma en el cuerpo y es adagio antiguo que el dinero es el nervio de la guerra.


Ha practicado esta Junta para lograr los mismos cuantas diligencias se le han propuesto al entendimiento, ya en préstamos, que ha buscado, ya en donativos, que ha solicitado ya en avances, que ha instado de personas que se hallaban con algunos géneros, que se han aplicado a dicha subsistencia sin haber tenido esta Junta otro subsidio de lo público que dos mil doblas que le entregó la Generalidad, siendo así que, aunque no se ha contado por pequeño lo que importa lo consumido hasta el día presente, es indubitable que pasará mucho más de cien mil libras, debiéndose de esta cantidad la mayor parte, pues las personas que se han encontrado con partidas de granos, paños, armas y otras cosas necesarias no han tenido reparo alguno en prestarlas, contribuyendo a la causa pública, si bien con la esperanza de que con toda brevedad se practicaría el medio ideado de la tasa general de un millón y medio que debía recoger de todo el Principado, con el cual fondo quedaban afianzados todos los créditos.


Y considerando la situación en la que se encuentra el Principado, propuso esta Junta a Vuestra Excelencia, así para conservar el crédito como por la manutención de las tropas, fuera servido resolver valerse de la plata, tanto de Comunes como de particulares, convirtiéndola en moneda y practicar Vuestra Excelencia la parte que le toca del millón y medio. Para facilitarles cómo se han aplicado a los gastos de la presente guerra, como son los de los secuestros seculares y eclesiásticos que se hallaban antes de contraer el empeño, este Principado ha solicitado que Vuestra Excelencia mandase a sus oficiales de mesa y banca asistiéramos una hora cada día respectivo en sus empleos para que, obligados los deudores, no tuvieran la escusa como la han tenido de no poder hacer los depósitos.


Así mismo instó a que se pasara a la confiscación de los bienes muebles e inmuebles de todas aquellas personas que han cooperado y se están señalados en deservicio del Rey, nuestro señor, (que Dios guarde) y de la Patria y que fuesen secuestrados los de quienes se encuentran en obediencia del enemigo. También ha representado a Vuestra Excelencia los inconvenientes que se seguían y podían seguir de la comunicación tan frecuente que tenían los mal patricios que se encuentran fuera de esta ciudad con los que se mantienen en ella y las entradas y salidas de los que se habían ausentado para que, conocida la máxima de querer los enemigos conquistar esta Capital más con la negociación que con la fuerza, se les frustrasen sus ideas.


Todas estas son, Señor, las disposiciones ideadas y por la Junta participadas a Vuestra Excelencia con varias embajadas y deliberaciones. La representación del Excelentísimo Señor don Antonio Villarroel, general en jefe, dirigida a los Excelentísimos Señores de la Junta de los Veinticuatro de guerra previene a Vuestra Excelencia los inconvenientes que se deben seguir de no ejecutar a lo mismo que está sobre expresado.


En atención de lo ejecutado y de lo que no se ha ejecutado hasta el estado presente cosa alguna de las sobre referidas y que la deliberación que la Excelentísima Novena de Guerra ha hecho en respuesta de dicha representación, la omite en lo más sustancial y toca especie en dicha representación no contenida, como es la nominación de personas para ir a encontrar lo Excelentísimo y Fidelísimo señor diputado militar del que dicha representación no habla.


Precisa a la obligación de la Junta el demonstrar el justo sentimiento y el gran desconsuelo en que se encuentra, de que su aplicación merezca tan poca aceptación en los oídos de Vuestra Excelencia, asegurándole le penetra lo más íntimo de su corazón. A vista de que, de no ejecutarse con toda puntualidad y rigor de justicia, se puede temer no se llegue a estado, que cuanto se quiera remediar no dará lugar la precisión del tiempo, y si la Divina Providencia no lo Remedia puedan las humanas fuerzas superarse o, y en tal caso (lo que Dios no permite por su infinita misericordia), le quedará a la Junta el único consuelo de haber representado e instado a Vuestra Excelencia todo lo que le ha aparecido conducir al desempeño de la Gloriosa empresa.