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Revista de España (Tomo II)/Número 7/Boletín bibliográfico

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Revista de España
Tomo II, Número 7: Boletín bibliográfico
Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO.

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LIBROS ESPAÑOLES.

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Poesía y Arte de los árabes en España y en Sicilia por Adolfo Federico de Schack, traducido del alemán por D. Juan Valera, de la Real Academia Española. Madrid, imprenta y esterotipia de M. Rivadeneyra, 1867.

Fácilmente se comprenderá el interés que tiene, sobre todo para los españoles, la obra que anunciamos, porque, como con mucha oportunidad dice en su prólogo el Sr. Valera, "la Poesía y el Arte de los árabes en España nos pertenecen en gran manera; deben más bien llamarse poesía y arte de los españoles mahometanos." Aunque con vergüenza nuestra debemos decir que nos son casi completamente desconocidos este y los demás aspectos de la notable civilización de los conquistadores musulmanes durante su larga dominación en la península, pues si bien Casiri y Conde dieron de ella alguna noticia, no era posible que fuese cumplida por lo mismo que iniciaban en España estos estudios, los cuales no han tenido continuadores hasta época muy reciente. En el extranjero algunos sabios han hecho en este asunto notables adelantos, debiendo citarse entre ellos por ser más conocidos á Dozy y á Renan; el Sr. Schack, cuya competencia en materia de artes y literatura es tan conocida, y cuya afición á las cosas de España está testificada por su notable obra sobre nuestra poesía dramática, ha prestado un verdadero servicio á las letras, escribiendo el libro que nos ocupa. No es menor el que el Sr. Valera hace traduciéndole, pues solo así podrían conocerlo los muchos españoles que, siendo amantes de esta clase de estudios, ignoran la lengua alemana, además, la traducción del Sr. Valera, sobre estar hecha con la corrección y elegancia que distinguen á nuestro castizo escritor, tiene la circunstancia de poner en verso castellano todas las poesías arábigas que inserta en su libro el señor Schack, numerosas y muchas de ellas bellísimas, como la elegía de Abul-Beka de Ronda , á la pérdida de Sevilla, puesta por el Sr. Valera en coplas de pie quebrado, las cuales más todavía que por la forma, recuerdan por sus pensamientos las justamente célebres de Jorge Manrique. Sin que se entienda que acusamos de infiel la versión de estas poesías, nos parece que en ellas ha puesto mucho de sí el Sr. Valera, cosa no solo natural sino necesaria, porque siendo la poesía obra de arte, es en ella elemento principalísimo la forma, y cuando menos, esta es propia del traductor, que como en sus poesías originales, demuestra en las que ha traducido que posee y maneja con gran superioridad el lenguaje poético que se aparta tanto del amaneramiento y de la palabrería de los antiguos y modernos culteranos como del frío prosaísmo que algunos le contraponen. El tomo segundo de la traducción de la obra de Schack se publicará pronto, y nuestros lectores pueden ver, por las poesías que en este número se insertan, que no ha de tener menos interés ni menos mérito que el que ya ha visto la luz pública.


Estudios financieros. — Conferencias pronunciadas en el Ateneo de Madrid en el curso de 1867 á 68, por D. Segismundo Moret y Prendergast. — William Pitt. — Law. — Turgot. — Necker. — Roberto Peel. — Stein. — Mendizabal. Madrid, tipografía de Gregorio Estrada, 1868.

El Sr. D. Segismundo Moret y Prendergat acaba de publicar un precioso libro con el título que antecede, dedicado al Ateneo de Madrid: "á la corporación que ha ilustrado por su amor á la ciencia y por su tolerancia con todas las opiniones." Tales son las frases con que el Sr. Moret y Prendergarst dedica su libro al Ateneo en "testimonio de consideración" hacia una sociedad que ha sido constantemente centro de ilustración y cultura, y teatro en que han hecho sus primeras armas en el ejercicio de la oratoria los hombres más importantes de todos los partidos, la juventud estudiosa y las inteligencias más ilustradas en los diferentes ramos del saber humano.

Contiene este libro un meditado estudio sobre William Pitt, dividido en dos discursos, referente, el primero, á lo que el Sr. Prendergast llama Hacienda de la paz, y el segundo, á la Hacienda de la guerra. En estas elegantes oraciones hace el Sr. Prendergast un análisis detenido del sistema de hacienda y de la política del célebre Ministro inglés desde su entrada en el poder hasta su muerte. Trata el tercer estudio de la Hacienda de Francia en el siglo XVIII: siendo Law, Turgot y Necker, los tres personajes cuyas biografías dan á conocer las vicisitudes por que pasó la Hacienda francesa en aquellos tiempos, las reformas por ellos intentadas, las que pudieron llevará cabo, y las que quedaron sin realizarse combatidos por cortesanos que desconociendo las necesidades de la época, el espíritu de los dias en que vivian, y las aspiraciones de su país precipitaron á la Francia en una revolución que de otro modo hubiera podido quizá evitarse, al menos en sus más terribles consecuencias.

Estudia el Sr. Moret en el cuarto discurso de su libro las grandes reformas financieras realizadas en la nación inglesa por la vigorosa iniciativa y elevada inteligencia de Sir Roberto Peel. Dado el Sr. Moret desde su primera juventud á estudios económicos, ocupando un lugar distinguido en la sociedad libre-cambista, organizada algún tiempo hace en esta corte, era natural se dedicase con afán á presentar en estas lecciones ante la juventud estudiosa que concurre al Ateneo, personajes tan importantes para la escuela á que pertenece como Sir Roberto Peel y Ricardo Cobden, pues, como atinadamente dice el Sr. Moret, refiriéndose á este último "entre los grandes tipos que la libertad humana ha producido quizá la Inglaterra, no puede ofrecer otro en el cual la elevación de los sentimientos y el amor al bien se hallen unidos á un desinterés más grande y á una conducta más noble." El entusiasmo que levanta en el espíritu del Sr. Moret el hombre de la idea y el Ministro que rompe con las preocupaciones de partido haciendo el sacrificio meditado de su posición política para realizarla, se refleja en esta oración que creemos la mejor ó una de las mejores del libro. Con igual amor y con no menos detenido examen describe el Sr. Moret en el discurso que á este sigue el renacimiento de la Prusia; Enrique Federico Carlos Stein, Barón de Stein, es el tipo cuya historia trazada á grandes rasgos da lugar al Sr. Moret para hacer una vez más, gala de su pintoresca elocuencia, concluyendo la obra de que nos venimos ocupando con una reseña de la revolución financiera llevada á cabo en España por D. Juan Alvarez Mendizábal, personaje cuyo recuerdo palpita aun en nuestros partidos políticos. Con indudable habilidad ha sabido el Sr. Prendergast evitar el escollo que no podian dejar de presentarle las alabanzas entusiastas de los apasionados parciales de Mendizábal y las censuras injustas de sus irritados detractores, no haciéndose eco ni de los que quieren vindicar todavía antiguas ofensas, ni de los que se jactan de ser aun encarnizados adversarios. La imparcialidad de este juicio es tanto más digna de alabanza, cuanto que está hecho por una inteligencia joven y entusiasta de las ideas liberales que profesaba aquel hombre de Estado.

Concluye el libro con apéndices curiosos de la situación política de Inglaterra á la entrada de Pitt en el poder: contiene estados de la renta pública y de la deuda inglesa durante su administración: trae curiosas noticias sobre Law, Turgot, Peel y sobre las consecuencies económicas de sus reformas. Datos igualmente interesantes sobre Prusia y sobre España se encuentran también en estos apéndices.

Sentimos una doble satisfacción al dar cuenta á nuestros lectores de la aparición de este libro porque nos proporciona ocasión oportuna para tributar los elogios que merece la elegante Revista mensual, en cuyas columnas habian aparecido antes la mayor parte de los trabajos del Sr. Moret. Al insertar la Revista mensual los discursos del Sr. Moret ha hecho un servicio á las letras aumentando la publicidad de trabajos importantes, cuyo autor es digno de los aplausos que ha merecido del numeroso y entendido público que asiste á las cátedras del Ateneo.


Relaciones de algunos sucesos de los últimos tiempos del reino de Granada.

La historia de este período de la dominación árabe en España está por escribir aun, pues no merecen tal título las obras de Pérez de Hita y Hernando del Pulgar, la de aquel tan elástica como una novela y la de este plagada de inexactitudes. Este vacío viene á llenarlo en parte el libro que publica la sociedad de Bibliófilos españoles, el cual comprende la historia de Hernando de Baeza, intérprete del Rey moro, que vivió entre los árabes y escribió lo que veia, así como una curiosísima relación de la prisión del Rey Chico y una multitud de documentos que hacen referencia al célebre desafío entre don Alonso de Aguilar y D. Diego Hernández de Córdoba.

La obra va precedida de un bien escrito prólogo debido á la pluma del malogrado y estudioso joven D. Emilio de Lafuente y Alcántara, y á la tercera que publica la sociedad que sin subvenciones oficiales ni otros altos estímulos que ordinariamente encuentran trabajos de esta clase, está prestando un verdadero servicio á la historia y á las letras patrias, dando á la estampa obras que, aparte de su mérito intrínseco, en belleza y lujo tipográficos, igualan sino exceden á cuantas se han publicado hasta ahora en nuestro país y á algunas del extranjero de sociedades análogas.

Una falta advertimos en las publicaciones de los bibliófilos españoles, y es el escaso número de ejemplares que ponen á la venta, lo cual hace que ya estén agotados los de las dos primeras. Desearíamos que se corrigieran de esta que nosotros llamamos falta y otros tienen por manía de los bibliófilos de todas las naciones.


Raymundo Lulio juzgado por sí mismo, ó consideraciones crítico-científico-comparativas sobre varias de las doctrinas que profesaba este iluminado doctor, según se leen en sus numerosos libros, por el doctor D. Fernando Weyler y Laviña, subinspector de primera clase en el Cuerpo de Sanidad militar y jefe del ramo en las Islas Baleares. Palma, imprenta de Gelabert, 1866 (570 páginas en 4.º)

Muy dividida ha andado y anda todavía la opinión de los doctos en orden al mérito de Raymundo Lulio, genio sublime, digno de figurar al nivel de Platón, Aristóteles, S. Agustin, Santo Tomás, etc., según unos, espíritu obcecado y forjador de deslumbramientos y trampantojos, con que la vista se engaña, según otros, á cuyo dictamen se arrima el Sr. Weyler y Laviña contra lo que pudiera presumirse estando impresa su obra en Mallorca. "Este hombre, dice, á quien se le ha contado entre los mayores filósofos y teólogos, tenía erudición vulgar y escaso criterio. Su metafísica es reducida y débil, su juicio no muy recto, sus métodos faltos de rigor, su análisis escaso para desarrollar sus extraordinarios proyectos........... Desfiguró la metafísica de Aristóteles, copió y amalgamó varios de sus libros, multiplicó las clasificaciones, amontonó las puerilidades, sentó fórmulas irregulares, y obtuvo, en resumen, un mecanismo superficial y una incoherencia de ideas."

Si tan severamente juzga á Lulio el Sr. Weyler y Laviña considerándole como noólogo, ya puede suponerse que no mirará con más benignos ojos los escritos cosmológicos, á cuyo examen principalmente se contrae, y donde el polígrafo mallorquín aplicó sistemáticamente sus teorías lógicas y metafísicas llevado del anhelo de reducir á un principio sintético todas las ciencias, prescindiendo de la experiencia, del análisis, de la inducción, únicos caminos para llegar al conocimiento de la naturaleza, en concepto del crítico, quien no por eso desconoce que habia algo de grande y profundo en semejante pensamiento. Así es que, fuera de este, muy poco halla que alabar el Sr. Weyler en las lucubraciones del doctor iluminado acerca de la composición del universo, astronomía, botánica, física, geología y mineralogía, geometría, milicia, química y alquimia, zoología y medicina: no ve en ellas más que abstracciones vacías y concepciones arbitrarias formadas á priori.

Como base á la vez que justificación de estos juicios, presenta el Sr. Weyler un resumen bastante completo y exacto de las doctrinas de Raymundo Lulio sobre cada materia, comparándolas, para mayor ilustración, con las anteriores y coetáneas, no sin haber trazado previamente un cuadro general del estado del espíritu humano y de los varios ramos del saber en la Edad Media. Alberto el Grande, Santo Tomás de Aquino, Vicente de Beauvais y Rogerio Bacon son, en su sentir, muy superiores á Raymundo Lulio en profundidad de conocimientos y en solidez de criterio. Podrá disentirse de sus apreciaciones; podrá creerse que su afición á las teorías del doctor Mata le lleva demasiado lejos; pero sin notoria injusticia nadie le negará el mérito de una vasta erudición, y sobre todo, el de una paciencia verdaderamente benedictina, harto visible en el detenido estudio que demuestra haber hecho de las voluminosísimas y aridísimas obras de dichos doctores, y particularmente de las de Lulio, tan oscuras y difíciles de penetrar por lo extraño de su método y estilo. De aquí el que las analice con notable claridad, como quien domina el asunto por haberlo examinado á fondo. Esa claridad sería completa si el plan estuviera dispuesto con arreglo á un orden más rigoroso de materias, de suerte que estas apareciesen eslabonadas lógica y gradualmente, según sus naturales afinidades y relaciones. ¿Quién no advierte la irregularidad de pasar de la astronomía á la botánica, de esta á la física, de la física á la geología y la mineralogía, de una y otra á la geometría y la milicia, de estas á la química, de la química á la zoología, etc., etc. También echaríamos de menos alguna mayor tersura y corrección de estilo, algo más de eso que los franceses llaman savoir faire, si contra este reparo no se hubiese prevenido oportunamente el autor, confesando, quizá con exceso de modestia, pues no creemos justo tanto rigor, que la forma, de su obra no es vistosa ni grata.

De todos modos, cualquiera que sea el juicio que se forme de las opiniones del Sr. Weyler y Laviña y de su manera de exponer la materia á cuya dilucidación se ha consagrado, su libro merece colocarse entre los mejores que en nuestros dias han salido á luz concernientes al pasado científico de nuestra nación, siendo de sentir, por lo mismo, que no dedicase una segunda parte á desenvolver la historia del lulismo, tan interesante y fecunda en útiles enseñanzas por el gran séquito y numerosas contradicciones que tal escuela tuvo dentro y fuera de España durante siglos. Esperamos que el Sr. Canalejas llene dignamente este vacío en la monografía que hace tiempo está componiendo acerca de Raymundo Lulio y el lulismo. ¡Quiera Dios que tan laudables ejemplos tengan muchos imitadores, á ver si llega un dia en que no pese sobre los españoles la nota vergonzosa de descuidados en punto de ilustrar los anales científicos de nuestra patria! ¡Quiera Dios que Séneca, San Isidoro, Maymónides, Vives, Suarez [1], Caramuel y otros mil insignes doctores ibéricos hallen quienes los den á conocer con la erudición y conciencia que los señores Weyler y Canalejas emplean en el estudio de Raimundo Lulio!

Una observación. El Sr. Weyler emprendió su obra impulsado por el programa del concurso que la Academia de Ciencias y Letras de las Islas Baleares abrió hace años, señalando un premio para el mejor autor de la mejor Memoria sobre los escritos de Lulio, relativos á ciencias exactas y naturales y sus aplicaciones. Si eso consiguió aquella oscura Academia ¿qué resultado no alcanzarían las Reales Academias establecidas en Madrid, si imitasen su ejemplo?


Director y Editor, José L. Albareda.


  1. Tenemos entendido que el docto teólogo el Padre Maldonado, Rector del Seminario central de Salamanca, se ocupa hace tiempo en la composición de una obra que no dudamos será muy importante, acerca de Suarez y el Suarismo.