Revista de la semana del No. 36, 1869

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​El Museo Universal​ (1869)
Revista de la semana del No. 35, 1869
 de Nicolás Díaz Benjumea


REVISTA DE LA SEMANA.

M

enester es tener muchos datos en cuenta para formar idea algo aproximada de la presente situación europea. Por todas partes y en diversos tonos se anuncian grandes sucesos como cercanos é inevitables; pero en tanto que se realizan ó no, la curiosidad y el interés público se alimentan con la noticia y comento de ciertos hechos relativamente secundarios.

Uno de los que más numerosas interpretaciones ha tenido es el último ataque de la enfermedad que padece desde hace tiempo el emperador Napoleón. Mientras los periódicos ministeriales franceses la presentaban insignificante y leve, y más como una molestia que como un peligro, los oposicionistas recargaban la mano ponderando su gravedad y haciendo entrever fatales consecuencias. La verdad es, según los partes y noticias posteriores, que la crisis por que ha pasado la salud el César francés ha presentado un carácter grave; que el temor de las futuras complicaciones que pudieran surgir, determinó una baja en los valores públicos; y que, según dictámen facultativo, ninguno de los más importantes órganos vitales del augusto enfermo presenta lesión profunda, por lo que puede dilatarse su vida por muchos años; si bien se le nota desde tiempo atrás un decaimiento general cada vez más progresivo.

Y pues de salud hablamos, no deja de extrañarnos que mientras la ex-reina doña Isabel visitaba las pintorescas costas de Normandía, libre de todo padecimiento de la garganta, algunos mal informados corresponsales y ciertos periódicos que reprodujeron sus noticias la presentaban afectada gravemente de una tisis laríngea, añadiendo que había regresado á París buscando su curación: cuando en vez de volver á París, fué á Trouville, donde piensa permanecer hasta mediados del actual setiembre.

Las relaciones del gobierno prusiano con la república Helvética se han entibiado mucho á consecuencia de la expulsión de muchos súbditos de Prusia que habían tomado en Suiza carta de naturaleza. Además de este asunto, llama gravemente la atención de la prensa de Berlín la cuestión de presupuestos del Estado, negándose los liberales á todo aumento y aconsejando á los diputados de su partido que en la próxima legislatura se abstengan de votar ningún crédito supletorio.

Va dilatándose más de lo que se creia el arreglar satisfactoriamente la cuestión de Constantinopla. Dícese que por medio de un ayudante de campo se ha enviado al kedive la contestación definitiva. Añádese que en ella da el gran visir al kedive las gracias por sus protestas de adhesión; pero reclamando para su seguridad la entrega ó venta de los buques acorazados y de las armas de nuevo sistema, juntamente con la reducción del ejército hasta el límite numérico señalado por los firmantes ó tratados. En cambio, por su parte renuncia á la imposición de nuevas gabelas, promete disminuir las ya existentes y exige que se trasmita anualmente á Constantinopla un exacto balance de la situación financiera.

El estado presente y el porvenir de las Antillas españolas es el asunto que hoy, por su grande trascendencia, tiene el privilegio de atraer á sí la atención y las miradas de todos. En las noticias á él referentes, como en las demás, y especialmente en las apreciaciones á que dan márgen, se manifiesta de relieve cuánta influencia ejercen las distintas opiniones políticas, pues ellas son otros tantos puntos de vista que presentan una misma cuestión ya próspera, ya adversa; y un mismo hecho ya vituperable, ya digno de toda alabanza. Por esto debemos de tener muy en cuenta el conducto por donde las noticias se trasmiten. Absteniéndonos de todo comentario como ageno á nuestro propósito, solo manifestaremos que los últimos encuentros, lejos de ser decisivos, solo pueden calificarse de escaramuzas de pequeña importancia; y que carece de fundamento el rumor que ha corrido con insistencia sobre la proposición para la venta de Cuba hecha á España por los Estados-Unidos.

El gobierno de Washington, aunque por sus particulares miras políticas, que son lisa y llanamente el cumplimiento de la máxima de Monroe, simpatice más con los cubanos insurgentes que con la causa de España, no ha dejado trascender este sentimiento á su política exterior. Como prueba de esto, citaremos el apresamiento verificado en Filadelia por una cañonera anglo-americana: el buque apresado es el vapor Homet, destinado á una expedición contra Cuba. En la actualidad se prepara en la península un considerable refuerzo de tropas á fin de dar un golpe rudo á la insurrección, aprovechando la circunstancia de ser ya la temperatura más favorable y haber disminuido en consecuencia el número de atacados por enfermedades del pais.

Mientras del lado allá de los mares se intenta arrebatar á España una de sus mejores comarcas, de lado allá de los Pirineos se agita el carlismo tratando de apoderarse de España entera. Las repetidas derrotas experimentadas por las partidas facciosas que acá y allá se han levantado para desaparecer con una rapidez extraordinaria, no han bastado para hacer comprender á don Cárlos el mal giro que llevan sus pretensiones y lo poco dispuestos que se hallan los pueblos á secundarlas. Aun aquellos mismos lugares donde el carlismo ha tenido su más firme apoyo durante la lucha de los siete años, protestan hoy contra el conato de encender nuevos disturbios civiles, que ciertamente solo producirían el triste resultado de empobrecer el país y acrecentar el malestar que hoy, no ya solo en España, sino en casi toda Europa se experimenta.

De igual parecer ha sido y no ha vacilado en manifestarlo con su habitual franqueza en la junta celebrada en Bayona el mismo Cabrera, en otro tiempo el mas audaz sostenedor de los principios absolutistas. Ciertamente su dilatada permanencia en Londres, y el haber adquirido allí mas esperiencia y mayores conocimientos sobre el carácter general de la política europea, y la organización social propia del siglo, le habrá hecho modificar en gran parte la tenacidad y estension de sus antiguas opiniones. Tal diversidad de parecer con e de don Cárlos, y el hallarse éste influido, no por los que siempre sostuvieron su bandera, sino por nuevos adeptos que nada han hecho por ella todavía, no ha podido menos de producir una disidencia profunda en el seno del carlismo; disidencia representada de una parte por los veteranos de las montañas vascongadas, y de otra por los que aspiran á sucederles.

Ultimamente hemos presenciado en Madrid un aparato fúnebre cual no habrá visto otro la juventud actual, pues desde largos años atrás las circunstancias políticas no lo han permitido. Nos referimos a entierro del coronel señor Escalante. Detrás del carro donde era conducido el cadáver, un sirviente llevaba en una bandeja las insignias de la órden masónica á que el difunto pertenecía, siguiendo luego varios hermanos de su misma lógia. Además, y formando lógia completa, iba una comisión de hermanos -de la Mantuana, número primero del Oriente de Madrid; todos formados, según rito, yendo delante los aprendices, luego los compañeros y maestros, después el hermano secretario Moisés acompañado del tesorero Solon I, y detrás el venerable de la lógia hermano Graco, llevando á los lados á los vigilantes Pelayo II y León, y en el centro el hermano y Villalar, maestro de ceremonial. El gran Oriente de España y su primera lógia la Mantuana han querido honrar la memoria de un hermano, aunque no sea miembro activo de las lógias dirigidas por el gran Oriente de España. -

No ha resultado cierta la negativa del emperador Napoleón á recibir al general Prim, aunque se hizo referencia de ella en muchos círculos, atribuyendo la noticia á fuentes muy autorizadas.

El ministro de Gracia y Justicia, señor Ruíz Zorrilla, ha recibido las mayores muestras de adhesión y simpatías en todas las poblaciones de su tránsito, singularmente en la de Valladolid, donde, además de las autoridades, sálieron á recibirle millares de personas acompañándole á su hospedaje, desde cuyo balcón pronunció un discurso muy aplaudido por cuantos allí se encontraron.

Continúan recibiéndose las contestaciones de los prelados: todas ellas están dictadas con el mismo espíritu; limitándose las más á defender la conducta de clero contra la acusación de sostener determinada bandera política y á elogiarlo por sus virtudes, manifestando al mismo tiempo Ja escasez en que este se encuentra.

En cuanto á las partidas carlistas pueden darse por terminadas, quedando sólo algunas cuadrillas de malhechores perseguidas activamente y cuyos individuos pronto serán juzgados por delitos comunes.

N. C.