Revista de la semana del No. 39, 1869

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​El Museo Universal​ (1869)
Revista de la semana del No. 39, 1869
 de Nicolás Díaz Benjumea


REVISTA DE LA SEMANA.


P

ara seguir el curso de la política europea en sus rapidísimas y múltiples evoluciones necesario es, además de una atención perseverante y sostenida, un criterio previsor que de los datos presentes alcance á visumbrar las soluciones del porvenir. Porque ligados hoy más que nunca los pueblos por los mil lazos de la civilización actual y siendo ya casi solidarios sus intereses, el estado del uno se refleja en los demás, atemperando ó modificando su aspecto político y financiero. Prueba de lo que decimos es la avidez con que eran leídos y comentados los partes sobre la salud del César francés, influyendo en las operaciones del crédito, as en Francia como en las bolsas extranjeras. Ultimamente la convalecencia del augusto enfermo parece asegurada, pudiéndose dedicar á los árduos negocios que le rodean.

Por razón de esta mejoría pudo admitir en audiencia particular al general Prim, al regresar este del establecimiento balneario de Vichy. La conferencia ha sido larga é importante, versando naturalmente sobre asuntos políticos y tocándose la difícil cuestión de candidaturas al trono español. Aunque los pormenores de esta conferencia se hayan reservado por ahora, y no establezca sobre ellos la prensa sino vagas congeturas, más ó ménos verosímiles, pero que algunos periódicos tienen la candidez de hacer pasar por indubitables, parece resultar en conjunto de la sesión celebrada que Napoleón se abstendrá de apoyar ó dificultar candidatura alguna, dejando al pais constituirse libremente, por más que sus simpatías estén á favor de cierta candidatura. En cuanto á las del duque de Génova, don Luis de Portugal, el duque de Montpensier, el niño Alfonso y el principe aleman, puede creerse y no sin fundamento que son inverosímiles y de escasísimas probabilidades; por lo cual no seria tal vez aventurado afirmar con Cervantes que «no hay tales borregos.»

Lo que sí se trasluce es que esta baraja de nombres lanzados al público, sirven sólamente para entretener su curiosidad y desviar sus conjeturas del verdadero candidato, que, según nos da en la nariz, se presentará á su tiempo. Dios ponga tino en los monárquicos para elegir lo mejor, y tartí bien en los republicanos para no agravar la situación y perjudicarse ellos mismos con ilegales é intempestivas violencias.

La verdad, según se dice de público y no procuran desmentir, es que se organizan y arman para la lucha, olvidando su promesa de respetar y obedecer los acuerdos de las Córtes constituyentes. Propagandistas y agitadores pululan por todas las capitales y poblaciones de alguna importancia verificando la propaganda de las ideas federalistas y acalorando los ánimos de muchedumbres ignorantes, que no se hallan en estado de comprenderlas. Esta escitacion, unida á una profunda ignorancia y á falta de respeto á las leyes, suele producir frutos amargos que llevan el escándalo á la sociedad en general y el color y la ruina á inocentes familias. Nuestros lectores tienen ya conocimiento de brutal atropello cometido en la persona del gobernador interino de Tarragona; mostrando este hecho criminal, asi como el de la misma naturaleza perpetrado meses antes con la primera autoridad civil de Burgos, que iguales resultados producen la ferocidad y la ignorancia, ya tomen por base la superstición y el absolutismo, ya la libertad desenfrenada. Juzgamos prudente no añadir comentarios ni pormenores sobre suceso tan doloroso, por encontrarse ya sus autores é instigadores bajo la acción de los tribunales. La milicia nacional de Tarragona fue inmediatamente desarmada y cerrados los clubs republicanos, á pesar de que se procuraba impedirlo con el temor de nuevas luchas complicaciones. El gobierno, sin embargo, estuvo inflexible: y esta entereza no puede menos de captarle las simpatías de cuantas personas aspiran á que sea una verdad el respeto á las leyes.

Las noticias son re coalición absolutista, á pesar de haberse presentado como innegables y ciertas, se han desvanecido como el humo. El vínculo de unión entre alfonsinos y carlistas seria el matrimonio del ex-príncipe Alfonso con la hija de Cárlos VII, declarando á los dos infantiles esposos con igual derecho. Asegurábase que personas influyentes de los citados partidos habían gestionado con éxito por traer á un ayuntamiento común á cuantos desean para España la restauración de los Borbones y de la unidad católica, sirviendo esta a coalición para hacer frente á la formada por demócratas, progresistas y unionistas; y que entre dichas personas figuraban Cabrera y el melancólico Aparisy Guijarro. Pero tales cosas no han pasado de ser un sueño de los periódicos absolutistas, á quienes, como dice el adagio, los dedos se les antojan huéspedes. Sábese con certeza que alfonsinos y carlistas, internados por las autoridades francesas, vagan desanimados y los más persistentes remiten el probar fortuna para cuando tengan la ocasión y elementos de que hoy por completo carecen.

También los republicanos aplazan, pero con un término más breve, el recurrir al terreno de la fuerza para hacer triunfar sus principios. En periódicos, en clubs y en las peroraciones de sus propagandistas aparece desnuda y descubierta la amenaza contra el órden público y la Constitución del país; de suerte que los amantes de la tranquilidad y cuantos procuran conservarla se hallan justamente alarmados. El gobierno por su parte, conociendo la inminencia del peligro, se propone obrar con energía para que el órden no pueda alterarse por nada, ni por nadie.

El Djalana, periódico importante que se publica en el Haya, habla de las sesiones del Congreso internacional estadístico celebradas en dicha capital, y entre otras cosas dice: «Al terminar su peroración el señor Farr, diputado por Inglaterra, subió á la tribuna el señor Víctor Balaguer, enviado por España. Su discurso fue en francés, como los de los señores Chatvich, Visschers, Pasca Duprat y otros. El señor Balaguer, contestando al señor Farr, dijo que no se oponía á que la próxima sesión del Congreso se verificara en San Petersburgo; pero que debía manifestar que las puertas de España se hallaban hoy del todo abiertas para la ciencia, el progreso y la libertad. Reclamó el honor de que el próximo Congreso se celebrase en España. Cuando un rey de Francia dijo que ya no había Pirineos, jamás los Pirineos habían estado más inaccesibles. Otro rey más poderoso que se llama el Progreso ha dicho hoy que no existen Pirineos; y en efecto, hoy es cuando esta barrera ha desaparecido para todo cuanto es progreso y libertad. En nombre, pues, de España regenerada, de España revolucionaria, el señor Balaguer ofreció cumplida hospitalidad al Congreso.

La calorosa manifestación del orador español fue recibida con grandes aplausos. Ocupó en seguida la tribuna el señor Volasky, de Francia, y después de haber elogiado el discurso anterior, dijo que entre Rusia y España, sus simpatías eran para España.

La comisión organizadora quedó encargada de resolver esta cuestión, fijando el punto donde debe tener lugar el próximo Congreso. As lo manifestó el señor Fock, ministro del Interior, dando las gracias al señor de Semenow y al señor Ralaguer, representantes respectivamente de Rusia y España. Procuraremos tener a corriente á nuestros lectores de cuanto más notable ocurra en estas importantes asambleas científicas.

El pontífice romano ha manifestado que pueden los prelados, sin inconveniente alguno, prestar juramento de fidelidad á la Constitución del país; por lo cual procederá el Gobierno á exigirles dicho juramento; asi como otras clases sociales que no lo han prestado todavía.

En el consejo de ministros célebrado á la vuelta de general Prim, se han acordado sin disidencia medidas de suma gravedad, citándose entre ellas el firme propósito de restablecer el órden público, vacilante hoy y alterado en algunas localidades, y no abordar la cuestión de candidatos hasta haberlo plenamente conseguido. También se acordó obrar enérgicamente y con entera justicia en la cuestion de Cuba, dando a esta hermosa provincia española cuantos medios y seguridades sean necesarias para su prosperidad y desarrollo.

N. C.