Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile/1827/Sesión del Congreso Nacional, en 8 de mayo de 1827

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Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile (1827)
Sesión del Congreso Nacional, en 8 de mayo de 1827
CONGRESO NACIONAL
SESION 200, EN 8 DE MAYO DE 1827
PRESIDENCIA DE DON DIEGO ANTONIO ELIZONDO


SUMARIO. —Cuenta. —Aprobacion del acta de la sesion precedente. —Comision para recibir a S. E., el Vice-Presidente de la República. —Juramento de este funcionario. — Discurso del mismo. —Contestación del Presidente del Congreso. —Fijación de la tabla. — Acta.

S. E., don Francisco Antonio Pinto, Vice-Presidente de la República, presta el juramento de estilo i dirije la palabra al Congreso. ( V. sesion del 7.)

ACUERDOS[editar]

Se acuerda:

  1. Nombrar una comision compuesta de los señores Calderón, Novoa i ámbos secretarios, para que reciban a S. E., el Vice-Presidente de la República. (V. Cámara de Senadores en 31 bis de Enero de 1829.)
  2. Dejar en tabla la renuncia de don Manuel Novoa ( V. sesiones del 5 i del 9) el proyecto de Constitucion ( V. sesiones del 5 bis i del 10) i el de tramitación de los asuntos contenciosos. (V. sesiones del 5 bis i del 9.)

ACTA

Se abrió con los señores Aguirre, Benavides, Bilbao, Balbontin, Casanova, Calderón, Campos, Donoso, Eyzaguirre, FJizondo, Fernández, González, Irarrázaval, Infinite, Lazo, López, Luco, Molina, Montt don José Santiago, Marcoleta, Muñoz de Bezanilla, Novoa, Olivos, Pradel, Prado, Palazuelos, Pérez don José Joaquín, Sapiain, Vicuña don Rafael i Vera.

Leida el acta del dia anterior, fué aprobada.

Aproximándose la hora del recibimiento del señor Vice Presidente de la República, se acordó por el señor Presidente de la Sala la comision que debia salir a acompañarle en su retirada. Al efecto, se nombraron a los señores Calderon, Novoa i secretarios.

Anuncióse la venida de S. E., i entrando a la Sala, acto continuo se le recibió el juramento conforme a la lei. Dado que fué, el señor Presidente le invistió de las insignias que le correspondían como a Jefe Supremo de la Nación, i le hizo sentar a su derecha. S. E. entónces pidió la palabra para manifestar su gratitud a la Representacion, para hacer ver sus débiles fuerzas i el gran peso que sobre si iba a cargar; para pedirle, en fin, al Congreso, el auxilio de sus luces i cooperacion en la grande obra de hacer feliz la asociacion.

El señor Presidente de la Sala le contestó análogamente, i concluyó dándole el abrazo fraternal.

En este estado, se despidió S. E., i la comision le acompañó, como se habia acordado, con lo que se suspendió la sesion, anunciándose para el dia siguiente la renuncia del señor Novoa, el proyecto de Constitución i el de la Comision de negocios contenciosos. —Doctor Diego Antonio Elizondo.—Montt.


Sesion del 8 de Mayo de 1827 [1]

El 8 de este mes ha prestado el juramento de costumbre, ante el Congreso, S. E., el Vice-Presidente de la República, i ha sido investido de la banda tricolor, distintivo de la Suprema Majistratura. Tomando despues asiento a la derecha del Presidente de la Sala, dijo:

"Señores: Al investirme de esta banda, creo haber contraido obligaciones de inmensa trascendencia. Conozco el peso del mando, i solamente podré soportarlo contando (como desde ahora cuento) con la asistencia de vuestros consejos para poder satisfacer a las demandas de los pueblos. Desde que éstos han dejado de ocuparse en la guerra de la Independencia, han vuelto toda su atención a considerar los medios de asegurar su existencia social. De aquí esa inquietud mal interpretada por algunos i que, sometida a un exámen riguroso, no proviene de otra cosa que de la falta de leyes o del contraste que forman las que se han dado con las leyes coloniales. En vuestras manos, señores, existe su destino, i la República i el Gobierno lo esperan todo de la sabiduría i pureza del Congreso."

El Presidente de la Sala, canónigo doctoral Diego Antonio Elizondo habló de esta manera:

"Ciudadano Presidente: Solo un desconocimiento, el ménos grato a mi fortuna, podria hacerme estimar como ménos feliz que el mas glorioso de mis dias, éste que me preparó ella misma en la presidencia del Congreso, proporcionándome el placer de investir por mi mano las insignias del Supremo Jefe de la República al jeneral don Francisco Antonio Pinto.

"¡Oh! I cuán gran multitud de reflexiones! Cuán gran multitud de esperanzas se me presentan a mi imajinacion en el momento de nombrarle! Ya diviso a la República de Chile marchando bajo su dirección con rapidez admirable a la gloria i engrandecimiento, como el fósforo brillante que penetra tranquilo ia inmensa atmósfera hasta elevarse a la rejion sublime. Sí; V. E., poseído de los mejores conocimientos; V. E., dotado de las bellas prendas con que le honró la naturaleza, sabrá prepararle su órbita feliz, destruyendo los embarazos que podrian paralizarle su carrera.

"Su corazon, formado por el espíritu público, no olvidará jamas que los hombres sometidos a la asociacion buscaron en ella su felicidad; que la autoridad suprema tiene un deber indispensable, el bien común de los ciudadanos; que jamas le seria permitido preferirse en la administracion; que debe sacrificar su Ínteres i aun su persona misma a la pública felicidad; que la Nacion, que deposita en sus manos su confianza, es una acreedora a sus desvelos en los ramos administrativos; que en tanto el Mandatario Supremo será feliz en cuanto lo sean los pueblos; que el que usa de este lenguaje, probando su sinceridad con su conducta, es el solo grande, es el solo digno de bendecirse por la posteridad; que, siendo las leyes el fundamento de la tranquilidad, no solo debe ejecutarlas sino amarlas i protejerlas; que las civiles hacen la quietud de los pueblos; las divinas, las relijiosas i morales son el todo en la progresion a la felicidad, porque, reglando los deberes del hombre en su interior, regularizando los sentimientos e inclinaciones del alma por la lei, le hacen aparecer en ia sociedad como honesto, como moral i dispuesto al fin a las virtudes políticas, jenerosas i francas; al paso que el desnaturalizado i corrompido en su interior, no puede tener aptitud bastante para alguna clase de bien. Yo espero i la Representacion Nacional espera que, consagrado V. E. al honor de Dios i de la Patria, al de la iglesia i de los pueblos, llegará un tiempo en que al nombre del gran Pinto se añada este glorioso timbre: Robur potentice. Decus Ecclesice."


  1. Este documento ha sido trascrito del volumen titulado Periódicos, El Verdadero Liberal, tomo XIII, pájina 297, del archivo de la Biblioteca Nacional. (Nota del Recopilador.)