Bella, de vos estoy enamorado.
¡Ojalá fueseis mía!
Siempre suspiro cuando pienso en vos,
De noche y de día.
Ya nunca estoy ni un momento
Sin contemplaros.
Fuera de todo mi sentimiento,
hago por amaros.
Dadme valor, pues podéis,
Señora mía,
porque en vos está todo mi bien
De noche y de día.
Vos heredáis todo mi bien
Todo lo que me dura
si no me queréis presto, me mandareis
A la sepultura.
¿De mi mal, qué bien sacaréis,
anima mía?-
Para huir del dolor que me hacéis
Sea vos guía.
Me veo de vos nada pero ligado
Lejos de esperanza,
Hacedme pues, vos piedad,
Sin más tardanza.
Porque vuestro soy, ruego a Dios
Vos fueseis mía;
porque el mal que sentirme hacéis,
No lo sentiría.
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