Diario Oficial de El Salvador/Tomo 36/Número 102

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página 521


REPÚBLICA DEL SALVADOR—CENTRO-AMÉRICA 521

DIARIO OFICIAL


TOMO 36 San Salvador, martes 1 de mayo de 1894 NUM. 102


Sección Oficial[editar]

SECCIÓN OFICIAL

Poder Legislativo[editar]

PODER LEGISLATIVO

LA ASAMBLEA NACIONAL
DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR,
Considerando:

página 522

PODER EJECUTIVO

secretaria de hacienda,
credito publico y fomento

CARTERA DE HACIENDA.

Palacio del Ejecutivo:
San Salvador, abril 25 de 1894.

secretaria de instruccion
publica y beneficencia

CARTERA DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA.

...


Sección editorial[editar]

SECCIÓN EDITORIAL

Insurrección en Santa Ana[editar]

INSURRECCION EN SANTA ANA.

La amenaza para el orden constitucional de la Nación parte siempre de este mismo punto, que en vez de ser el centinela más avanzado del territorio salvadoreño y el salvaguardia de sus instituciones, es desde antaño el nido de los enemigos de la Patria y el asilo de los audaces advenedizos que sin vínculo alguno trafican con la política para medrar.

Parece que lo que quiere la ciudadela insurrecta es ahogar entre sus brazos la autonomía del país y estancar la corriente del progreso que se difunde en toda la República, y parece que se dijera: tengo un enemigo mortal, la Independencia; y que por ello desdeñara las grandes ideas y se hiciese refractaria al orden. Se ve con pena, en efecto, que aquella feraz comarca, llamada á grandes destinos por su hermosura y riqueza, prefiere el espíritu revolucionario al espíritu de civilización y que su empeño de todos los días es poner las leyes fuera de la ley.

La insurrección que en su seno ha estallado, ha sido impulsada por los eternos traidores á la Patria, por aquellos que, como Lisandro Letona, Luciano Hernández, Horacio Villavicencio y otros individuos de su laya, han cometido crímenes de todo género é imperdonables traiciones y están, por lo tanto, fuera de la ley é incapaces de ser los defensores de las leyes.

Rafael Gutiérrez, el que se ha proclamado Jefe de la sedición, carece absolutamente de prestigio y de facultades para ejercer mando alguno y conviene advertir, que le debe la vida al señor General don Antonio Ezeta cuando el movimiento sedicioso del traidor Rivas; y es así como paga esa deuda de gratitud, cuya acción pone de relieve su carácter y su corazón.

Mientras que los otros departamentos d la República ofrecen al Supremo Gobierno, y de un modo espontáneo, todo su apoyo de fuerza y voluntad, Santa Ana, que ha recibido mejor que otro alguno beneficios inmensos del actual orden de cosas, da cabida en su seno y cariñoso albergue á los que ayer no más clavaron un puñal homicida en el corazón de la Patria y pretendieron entregar al enemigo la gloriosa bandera que ha ondeado siempre pura y sin mancha sobre la cúspide de sus cordilleras y de sus volcanes. Santa Ana, que debía ser el valuarte más poderoso de la defensa nacional, es la guarida de los enemigos de la República.

Por fortuna en esta vez, como siempre, se ha desfraudado el fruto de su rebelión contra el Gobierno legítimo, porque el movimiento revolucionario se ha localizado y concretado á ese solo y reducido radio, y el resto del país se halla en perfecto sometimiento á la autoridad Suprema; y le ha ofrecido su apoyo amplio é incondicional en la presente contienda; y esto hace resaltar con demasiada evidencia las mezquinas proporciones del levantamiento que se ha hecho estúpida y traidoramente contra la voluntad popular, y sus autores recibirán pronto terrible y ejemplar castigo.

No tiene, ciertamente, justificación el crimen que se ha cometido, y la responsabilidad histórica será terrible y trascendental. Triste celebridad es, por cierto, la del pueblo santaneco, que hace alarde de su desdén por las grandes ideas conquistadas en titánicas luchas y coronadas por gloriosas victorias. página 523