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Discurso de Cristina Fernández en el acto de promulgación de la ley de Matrimonio Igualitario

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Discurso de la Presidenta de la Nación Argentina, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, en el acto de promulgación de la ley de Matrimonio Igualitario. 21 de julio de 2010.



Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor presidente provisional del Senado; señores gobernadores y gobernadora; Abuelas, Madres; señores y señoras juezas y jueces; académicos; investigadores; universidades nacionales; diputados y diputadas nacionales; senadores y senadoras nacionales; organizaciones de la sociedad civil; representantes de organizaciones internacionales; personalidades de la cultura, artistas que tanto han hecho por este momento; nietos también veo sentados allí, a Horacito, es imposible no verte, además Horacito, sos muy alto : yo no sé cómo se sentiría ella - y cuando digo ella es Eva Perón - cuando presenció la sanción de los derechos políticos de la mujer, hace 58 años no podíamos votar y acá estamos, miren dónde estamos además. Nietos, también veo a nietos sentados allí. Horacito, es imposible no verte además. Horacito, sos muy alto.

Creo que es un momento muy especial de todos, estas distinciones que yo acabo de recibir, quiero decirles que no son para mí, las recibo en nombre de los miles y miles de militantes de esta causa, organizaciones, artistas, académicos, jueces, creo que las recibo en nombre de toda la sociedad argentina, aún en nombre de aquellos que por allí no están de acuerdo. Yo siempre digo que este debate que se dio, dentro de unos años, va a resultar absolutamente anacrónico.

El otro día estaba mirando lo que fue la sanción de la Ley de Divorcio increíble. Yo decía, en un reportaje, que me habían hecho que seguramente algunos de los que habían votado, en aquella oportunidad, seguramente hoy no estarían de acuerdo con lo que votaron negativamente. Y la verdad que después de eso pedí las listas de legisladores que habían votado, en aquella oportunidad - tanto por la afirmativa, como por la negativa, y encontré la de un senador - a muchos no los conocía de los que habían votado de forma negativa, a casi nadie -que unos años más tarde se divorció. Y no solamente eso, sino que miren cómo cambian las cosas que ahora está de acuerdo con esta Ley, así que la vida nos va cambiando, la realidad va cambiando, va asumiendo.

Y yo digo siempre que esto tampoco tiene que ver con las convicciones religiosas porque mirando entre los que habían votado afirmativamente encontré también un diputado que es reconocida su práctica y su coherencia en la fe católica, a punto tal que estuvo casado con la misma mujer hasta que ella murió y fue la madre de sus diez hijos, así que coherente en serio, hasta las últimas consecuencias y sin embargo había votado afirmativamente. Por eso digo que yo creo que estás cuestiones que tienen que ver con la condición humana, estas cosas que tienen que ver con la aspiración a la igualdad que toda sociedad debe tener son cosas que no nos pueden dividir, son cosas que al contrario nos deben unir. Hoy somos una sociedad un poco más igualitaria, que la semana pasada.

Cuando me enteré de la sanción, yo estaba en China, como ustedes saben y esto fue aquí a las cuatro de la mañana, y allá eran las tres de la tarde. Yo estaba en plena reunión con la Cámara de Comercio de Shangai y me pasaron la votación. Y yo decía, al otro día, cuando me levantaba, - creo que lo comenté hoy también, en un medio - que yo al otro día de una sanción tan importante de una ley me había levantado exactamente con los mismos derechos que había tenido, antes de la sanción, cosa rara porque cada vez que se aprueban cosas importantes alguno queda siempre tambaleando o con algo menos, por lo menos es la historia de esta Argentina y del mundo. Y sin embargo, yo estaba con los mismos derechos y había cientos de miles que habían conquistado los mismos derechos que yo tenía. Nadie me había sacado nada y yo no le había sacado nada a nadie; al contrario le habíamos dado a otros cosas que les faltaban y que nosotros teníamos.

Por eso digo que somos una sociedad un poco más igual, le falta muchas cosas, falta que toda la gente puedan tener trabajo, buen trabajo, derecho a la seguridad, a la salud, a la vivienda, a la educación, todos, pero creo que hemos dado y hemos constituido un hito fundamental en el camino de la igualdad. Y me alegra mucho también hacerlo en este lugar: en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos. En realidad, primero había pensado en hacerlo en el Salón de los Científicos Argentinos. Ustedes saben que nosotros inauguramos un lugar, en esta Casa Rosada, donde están nuestros hombres y mujeres de la Ciencia, nuestros tres Premios Nobel, somos el único país latinoamericano que tiene tres Premio Nobel en ciencias duras, vinculadas con la Biología, nada más y nada menos. Me parecía que era un lugar bueno porque era como un desagravio a tantas cosas que se dijeron y escucharon de testimonios, presuntamente científicos, que querían realmente, no sé si Bernardo A. Houssay, César Milstein o Federico Leloir y tantos otros, que están en esa galería, si se volvieran a levantar y hubieran escuchado esas cosas creo que se hubieran muerto a morir. Y luego pensé en hacerlo en el Salón de las Mujeres, porque también las mujeres aportamos en las Cámaras los proyectos. ¿No sé si estará por acá Vilma Ibarra? No sé si habrá venido la ex diputada Silvia Augsburger, del partido socialista, si está por ahí... la saludamos igual, y a todos los hombres y mujeres de mi espacio político que contribuyeron también fuertemente a esta construcción porque en realidad no hemos promulgado una ley, hemos promulgado una construcción social y como buena construcción social es transversal, es diversa, es plural, es amplia y no le pertenece a nadie, sino a quienes la construyeron: la sociedad.

Por eso quiero agradecer el esfuerzo de todos y cómo es posible esquivarle a esa política mezquina de que si el proyecto es de otro no lo tratamos, o tal vez en menoscabar lo que es importante. Yo creo que construir calidad institucional es esto que estamos haciendo hoy, que es lo que hicieron cuando se discutió además con el tono, que discutimos quienes estábamos de acuerdo en dar más igualdad y que creo es el tono que se debe tener en todas las discusiones políticas y de todas las características, en la República Argentina, con mucho respeto, aceptando al que piensa diferente, no estigmatizándolo, simplemente piensa diferente y punto y luego democráticamente se resuelve, como corresponde en esta etapa civilizatoria institucional en la que estamos en la Argentina.

Nada más, simplemente agradecerles a todos y a todas. Tal vez podíamos haberlo hecho antes, yo digo que todo tiene sus tiempos de maduración, las cosas que maduran. De repente si esto se hubiera planteado, años atrás, hubiera sido imposible, hubiera sido frustrado y sin embargo cuando las cosas van naturalmente y además hay un contexto de una sociedad que tiene ganas de crecer - además es el año del Bicentenario, se dieron cuenta también - qué feliz coincidencia, aunque yo no creo en las coincidencias, hay un espíritu del Bicentenario de una sociedad abierta, de una sociedad plural, de una sociedad diversa, que lo vivimos hace poco más de 60 días en las calles, cuando millones de argentinos se volcaron con todas las clases sociales, de todos los espacios y credos, a festejar los 200 años de historia, nos miramos entre todos y nos dimos cuenta de que lo que no estaban contando y relatando acerca de nosotros mismos no era cierto, que éramos otra cosa, que somos esto que estamos hoy aquí, y los que todavía no están... paciencia, van a ver que con el tiempo van a estar. Los esperamos a todos.

Muchas gracias y felicidades a todos, muchas gracias.