Ir al contenido

Gotas de ajenjo/XXXV

De Wikisource, la biblioteca libre.

XXXV

Después de los excesos

de aquella noche de pasión, mi amada,

tras los últimos besos,

tal vez rendida pero no saciada,

–rojas como un incendio las mejillas–

hermosa, jadeante,

apoyó la cabeza en mis rodillas,

y se puso a pensar... en otro amante.