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La conquista de quince mil leguas/Advertencia

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La conquista de quince mil leguas (1878)
de Estanislao Zeballos
ADVERTENCIA DE LA SEGUNDA EDICION




La primera edicion de esta obra ha despertado un induljente interés que yo no esperaba. Ha sido agotada en una semana, habiendo tocado á la ciudad de Buenos Aires en la distribucion menos de doscientos ejemplares.

Esta circunstancia, los juicios alentadores que le han dirijido la prensa nacional y extrangera y geógrafos distinguidos como el señor Vizconde de San Januario, Ministro Plenipotenciario de Portugal por una parte, y por otra la generosidad con que la empresa del diario La Prensa pone desinteresadamente á mi disposicion todos sus elementos tipográficos, me deciden á hacer una segunda edicion, para satisfacer el interés despertado por la obra, y con el fin de llevar adelante mi propósito patriótico de prestijiar la ocupacion de la línea estratéjica del rio Negro, demostrando la practicabilidad de la operacion, fundado en la doble autoridad de la Historia y de la Ciencia.

Escrita rápidamente la primera edicion, adolecia de incorrecciones de estilo y de falta de desarrollo de algunas ideas importantes, deficiencias que he procurado salvar en cuanto me ha sido posible.

He tomado en consideracion, por otra parte, los consejos de la sana crítica, así escrita como oral. Ella honra y auxilia á todo autor que, comprendiendo sus intereses, sabe aprovecharla discretamente.

Aunque no dispongo de todo el tiempo necesario para encerrarme en los archivos y las bibliotecas particulares que guardan los tesoros de nuestra primitiva historia, pues consagro á estos trabajos mis cortos momentos de ócio, he reunido, no obstante, nuevos materiales históricos y científicos, de que no pude hacerme al redactar la primera edicion, aunque los tenia anotados en mi plan de trabajos para adquirirlos.

En consecuencia, la primera edicion ha sido no solamente revisada, sino tambien aumentada de una manera considerable, ya con los nuevos recursos que he hallado posteriormente en mi modesta coleccion americana, ya con el auxilio de los archivos, ó bien con las referencias orales de personas que han asistido á la realizacio de los hechos ó que las recojieron de boca de los actores.

La parte histórica ha recibido un nuevo y poderoso resfuerzo.

He revisado mas de mil cuatrocientos manuscritos sobre el rio Negro, coleccionados y clasificados laboriosamente por el Gefe del Archivo General de la Provincia. Entre estos documentos, encontré y estudié la correspondencia original entre el Virey Vertiz y Biedma, el superintendente de los establecimientos de la costa patagónica.

Además, varias personas de mi relacion me han facilitado documentos de sus archivos particulares, á los cuales hago referencia en el lugar correspondiente.

Con estos elementos inéditos y completamente inesplotados, y con algunas obras que he adquirido y que antes no tuve tiempo de consultar, he rehecho mi trabajo histórico, sobre un plan mas metódico, matizándolo de mayor originalidad.

Asi, he bosquejado la historia de las exploraciones y ocupaciones del rio Negro por los españoles, á la luz de los documentos del archivo general de la Provincia; he consagrado una página á las expediciones ordenadas por Valdivia en 1553, y á las realizadas por Amigorena en 1781; he descrito el cuadro sintético de la expedición de 1833, guiándome por interesantes referencias verbales, por la carta del Secretario de Rosas, publicada en un diario bonaerense por algunos documentos del archivo general, y he reunido, en fin, las observaciones de lonjitud y de latitud, realizadas por Descalzi en el Colorado, en Patagones y á lo largo del rio Negro, que eran desconocidas y que existían originales en los papeles de general Guido, ministro de la guerra en 1833, cuyo hijo D. Cárlos Guido y Spano, Gefe del Archivo General de la Provincia, me las ha facilitado generosamente.

Dadas estas ideas generales sobre las innovaciones que he introducido en la parte histórica de la obra, indicaré á continuacion otras adiciones, por el órden en que ellas entran, omitiendo las de menor interés.

El capítulo I que trata de la « Reseña Histórica,» será completado con las siguientes cuestiones.

Exploracion del rio Negro que debió realizar el piloto Calleja bajo la superintendencia de Viedma, según resulta de documentos que conserva el Archivo de la Provincia de Buenos Aires, y causas que decidieron á abandonar esta tentativa, anterior al famoso viaje del piloto Vllarino.

Consecuencias diplomáticas de un error del padre Falkner sobre el Rio Negro. Refutacion de las interpretaciones arbitrarias, con que los diplomáticos chilenos explotan dicho error en contra de los evidentes y clarísimos derechos de la República Argentina á las tierras australes, desde el rio Negro al cabo de Hornos.

Bosquejo histórico de la Expedicion de 1833, compuesto de acuerdo con las relaciones que he oido á personas de aquella época, que viven aun, rectificacion de los errores históricos publicados sobre las operaciones del Ejército del Centro á las órdenes del general Ruiz Huidobro y resultados generales obtenidos en dicha campaña, según el secretario del brigadier general Don Juan Manuel de Rosas.

Consideraciones sobre la misteriosa ciudad de los Césares y descubrimientos que dan su verdadera situacion.

En el capitulo II, destinado á trazar la importancia de las Exploraciones por órden cronolójico, trataré de adelantar todo lo que me sea posible, buscando principalmente nuevas luces respecto á los reconocimientos salidos del lado de Chile, sobre nuestros territorios. Daré también un resúmen de las tentativas buscando fáciles caminos entre Chile y Buenos Aires.

El capítulo III es uno de los que me ha exijido mayores y profundos estudios y mas largas meditaciones. No habiendo explorado yo mismo el rio Negro, he tenido que buscar la verdad, ó á lo menos aproximármela, á travez de narraciones contradictorias, simples descripciones casi todas, sin bases de comprobacion científica del punto de vista geográfico, que es lo que mas me preocupaba.

Después de un prolijo exámen comparativo de estos hetereogéneos elementos, rectificando á los unos con la autoridad mas atendible de los otros, aclarando lo que era confuso y desechando lo inverosímil y fantástico, he trazado este capítulo, que las futuras exploraciones científicas se encargarán de confirmar.

No introduciré, por consiguiente, modificaciones en los juicios que contiene, puesto que no han sido impugnados en lo mas leve por los viageros que aún viven, cuyos trabajos me he visto obligado á criticar cortezmente, en obsequio al deber de acercarme siempre á la verdad.

Los planos geográficos, con que ilustro el capítulo, reciben un importante refuerzo, cuya utilidad general no puede desconocerse, aunque astronómicamente no avance en la determinacion de la situacion de los lugares.

Me refiero al cróquis topográfico del viaje del sargento mayor Bejarano, documento cuyo orijinal inédito he obtenido y agrego al capítulo III.

Creo que tiene importancia en la seccion del rio Limay y sus afluentes, sobre cuyo nombre, descripcion y situacion general habia confusiones, que el cróquis viene á desvanecer si no con la exactitud de las observaciones practicadas con instrumentos, á lo menos con la aproximacion en las distancias y fidelidad en los detalles, que hacen notable el viaje de aquel oficial, como lo hemos demostrado en su respectivo lugar.

Del punto de vista de la descripcion del territorio, cuyo extracto he tomado del diario de Bejarano, el cróquis adelanta tambien á todas las cartas publicadas hasta ahora, designando los principales paraderos, con sus nombres araucanos y situándolos en distancias aproximadas, calculadas en leguas. Mientras los geógrafos no nos den la situacion exacta de estos puntos estratéjicos, el cróquis del mayor Bejarano será consultado con utilidad.

En los capítulos IV, V y VI haré tambien adiciones de trascendencia. Al tratar del rio Colorado no omitiré las indicaciones dadas en 1833 por el piloto Bathurst para tomar la barra, datos que, sin duda, han sufrido modificaciones; pero que eso mismo los hace recomendables, por que facilitan la comparacion de los estudios practicados con un intervalo largo de tiempo, permitiendo abrir opiniones, sobre las variantes del fondo de aquella peligrosa barra.

Recordaré la carta de Chiclana que comprende la seccion de este rio entre el punto en que lo pasó el General Pacheco en Choíque Mahuida, de regreso del rio Negro, y la boca del mar. Y por último, agregaré los datos de interés que pueda haber adquirido el Ministerio de la Guerra á consecuencia del brillante reconocimiento llevado á cabo por el teniente coronel D. Lorenzo Winter, analizando los resultados y comparándolos con lo que ya sabíamos sobre este rio.

Respecto á los rios andinos y de la pampa central, tomaré en consideracion los trabajos históricos y geográficos del Dr. D. José A. Saez, comisionado de Mendoza para reunir datos y documentos sobre los límites de la Provincia, trabajo que hace tiempo habia encargado, que poseo al fin, y que trae una carta geográfica, en que las nacientes de los rios andinos están trazadas con una precision de que carecen la generalidad de las cartas.

Complementaré estos datos con el resúmen de la conferencia que dí en los salones de la Sociedad Científica Argentina el 15 de Octubre, á propósito de la navegacion de estos rios y de la concentracion de sus aguas, con estracto del debate á que mis ideas dieron lugar.

La descripcion general del territorio, será tambien ampliada.

El teniente coronel D. Manuel José Olascoaga, persona que ha vivido mucho tiempo en el teatro andino de mis investigaciones, ya al servicio de esta República ya al de Chile, ha publicado en el diario El Siglo, una reseña de sus viajes y de los datos reunidos sobre los valles del sud de Mendoza. Aprovecharé estos estudios que me merecen confianza, y que traen novedades descriptivas. Para redondear mis propósitos en esta parte del libro, haré un breve estudio de las riquezas del Pallen, y acumularé otros datos sobre el clima, pastos de la Pampa y puertos de la costa del Atlántico.

En estos tres capítulos agregaré respectivamente las noticias de la exposicion del secretario de Rosas, que avancen sobre las que ya contenian.

El capítulo VII está consagrado al estudio militar de esta cuestion. Mis observaciones sobre la materia fueron considerablemente restrinjidas en la primera edicion, apremiado como me veia por la absoluta falta de tiempo, de modo que al reimprimir este capítulo he dado mayor desenvolvimiento á las ideas, apuntando nuevas consideraciones y no pocos datos históricos y científicos, que complementan mi pensamiento.

Un critico distinguido ha observado de paso la brevedad de las noticias etnográficas que he condensado en el capítulo VIII y tiene razón; pero no entraba en mi plan hacer un estudio de las costumbres y organizacion social de los indios, sino en aquellas de sus faces que mas se relacionaban con la empresa militar que me ocupa. En una obra especial, que he comenzado sobre el primitivo hombre y cuyo primer tomo he concluido ya y anunciado, abordaré á fondo los estudios etnográficos, de que en el capítulo VIII doy lijeras reseñas.

No obstante, he creído conveniente tomar en consideracion la sana advertencia del crítico, ampliando, aunque de una manera siempre limitada, esta parte del libro. Agregaré tambien la reseña de los últimos acontecimientos militares que se han desarrollado en la frontera en los meses de setiembre y octubre de este año, y una página histórica sobre acontecimientos descollantes que se ligan á las narraciones de carácter dramático incluidas en este capítulo.

Tambien encontrará novedad el lector en el capítulo que trata de la navegacion de los rios. Daré á conocer algunos trabajos realizados oficialmente á fin de obtener vapores adecuados para la navegacion del rio Negro y del rio Colorado.

El capítulo de las consideraciones generales será pulido, robustecido con nuevos elementos que he acopiado; y sufrirá análogas modificaciones la noticia bibliográfica y cartográfica, que ha merecido un elogio especial de críticos autorizados.

En cuanto al Apéndice solamente tengo que agregar á él la ley del Congreso de 1878, que no habia sido dictada aun al aparecer la primera edicion.

Tal es el plan de revision y aumento á que obedece la segunda edicion, que, como la primera, dedico á los gefes y oficiales del ejército expedicionario, como un homenaje de estimacion, á la vez que como un libro manual, en que pueden hallar datos que les son necesarios y cuya utilidad palparán cuando estén en campaña.

El Ministro de la Guerra ha tenido la bondad de invitarme á formar parte de la Expedicion; pero no me es posible aceptar la invitacion. Como he de complementar mi obra con dos tomos más, necesito viajar y observar personalmente en el territorio á que he consagrado estos estudios. El viaje seria estéril yendo con una de las columnas expedicionarias, porque apenas podria examinar el itinerario de ella; mientras que será fecundo, cuando asegurada la ocupacion del rio Negro y despejado el terreno, pueda yo hacer un viaje de circunvalacion desde el rio Negro hasta Mendoza y desde Mendoza hasta Buenos Aires, por el desierto.

Tal es tambien el plan de mis trabajos futuros, emprendidos con el deseo de cooperar á la grandiosa empresa nacional, que, una vez realizada será recordada entre las grandes campañas de la civilizacion, que ilustran el siglo XIX.

Entonces al canal de Suez, al ferro-carril americano interoceanico, á la perforacion de las grandes montañas para dar paso á la locomotora, y á la red del telégrafo que ciñe los contornos del planeta, la República Arjentina habrá añadido como obra fecunda del progreso sur-americano, la conquista de sus quince mil leguas de lozana tierra.

Buenos Aires, 1º de Noviembre de 1878.


Estanislao S. Zeballos.