Ir al contenido

Las dos ranas

De Wikisource, la biblioteca libre.
Las dos ranas
de Félix María Samaniego


Tenían dos Ranas
Sus pastos vecinos, 
Una en un estanque, 
Otra en el camino. 
Cierto día a ésta 
Aquélla la dijo:
«¡Es creíble, amiga, 
De tu mucho juicio, 
Que vivas contenta 
Entre los peligros, 
Donde te amenazan, 
Al paso preciso, 
Los pies y las ruedas 
Riesgos infinitos!
Deja tal vivienda; 
Muda de destino; 
Sigue mi dictamen 
Y vente conmigo.» 
En tono de mofa, 
Haciendo mil mimos, 
Respondió a su amiga: 
«¡Excelente aviso!
¡A mí novedades! 
Vaya, ¡qué delirio! 
Eso sí que fuera 
Darme el diablo ruido. 
¡Yo dejar la casa
Que fue domicilio 
De padres, abuelos 
Y todos los míos, 
Sin que haya memoria 
De haber sucedido 
La menor desgracia 
Desde luengos siglos!» 
«Allá te compongas; 
Mas ten entendido 
Que tal vez sucede
Lo que no se ha visto.» 
Llegó una carreta
A este tiempo mismo, 
Y a la triste Rana 
Tortilla la hizo.



Por hombres de seso 
Muchos hay tenidos, 
Que a nuevas razones 
Cierran los oídos. 
Recibir consejos
Es un desvarío;
La rancia costumbre 
Suele ser su libro.