mitiendo la propagación rectilínea de la luz, no obstante la curvatura del espacio, habría de ser mayor que un cierto valor límite cuando dicha curvatura es negativa, y podría llegar a disminuir por bajo de cero si fuese positiva. Sin duda la hipótesis subrayada, que equivale a suponer el proceso de transmisión de la luz ocurriendo fuera del espacio, es insostenible, y al eliminarla desaparece la posibilidad misma de encontrar diferencias de la naturaleza de las previstas.
56. Los razonamientos del apartado precedente sugieren la necesidad de la curvatura del espacio; pero no pueden considerarse como pruebas irrefutables de ella, ni dan los elementos necesarios para determinarla cuantitativamente; para ello es indispensable acudir al estudio de los movimientos que en él se producen, observados en condiciones de precisión suficiente. Volvamos por un momento al mundo superficial de curvatura conocida. Un punto material lanzado en él, y después libre de toda acción, describe con velocidad lineal constante una de las geodésicas de la superficie: así lo demuestra la Mecánica clásica. Para los homoides habitantes de dicho mundo, que ignoran su curvatura, estas líneas dije ya que son rectas, de suerte que ellos afirmarán el postulado de inercia de Newton. Pero si siguen indefinidamente a un punto material en movimiento libre, pueden hallarse sorprendidos viéndole retornar
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