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Página:Charles Darwin - El origen del hombre.djvu/173

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carlos r. darwin.

Muchos monos tienen la cara adornada de barbas ó bigotes. Los pelos de la cabeza son muy crecidos en algunas especies de Semnopithecus, y en el Macaco radiatus parten de un punto del vértice con una raya en la mitad, como en el hombre. Créese generalmente que la frente dá al hombre su aspecto noble é inteligente; mas los espesos pelos de la cabeza del citado Macaco terminan bruscamente en su parte inferior, y á partir de este punto se extiende un vello tan fino que, mirada la frente á poca distancia, parece enteramente desnuda, á excepcion de las cejas. Estas existen en algunas especies, por más que se haya afirmado equivocadamente lo contrario. En la especie de que acabamos de hablar, el grado de limpieza de la frente varia segun los individuos, y Eschricht prueba que muchas veces no se presenta bantante definido en los niños el límite entre la parte cabelluda y la frente limpia de pelos; lo que parece ser un caso insignificante de reversion hacia un antecesor cuya frente presentaria aun alguna vellosidad.

Sabido es que en los brazos del hombre los pelos tienden á converger hácia un punto del codo. Esta disposicion curiosa, tan diferente de la de la mayor parte de los mamíferos inferiores, es comun al gorila, al chimpanzé, al orangután, á algunas especies de hilobatos, y aun á varios monos americanos. Pero en el Hylobates agilis el pelo del antebrazo se dirige de la manera ordinaria hácia la muñeca; en el H. lar está casi enderezado, con una ligera inclinacion hácia delante; y de este modo se presenta en esta última especie en un estado de transicion. No parece dudoso que, en la mayor parte de los mamíferos, el espesor del pelo y su direccion sobre la espalda sirven para facilitar que se escurra la lluvia; pudiendo servir para tal uso los pelos transversales de las patas