Ir al contenido

Página:Cuentos ingenuos.djvu/135

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
LA RECETA


Terminada la consulta, pude entrar en el despacho, donde mi buen amigo el doctor se ponía el abrigo y el sombrero, para nuestro habitual paseo; pero el criado entreabrió la puerta.

— ¿Más enfermos? ¡Estoy harto! Que vuelvan mañana.

— Traen esta tarjeta — contestó el criado, entregándola.

Y debía ser decisiva, porque Leandro la tiró sobre la mesa, volvió a quitarse el gabán y gritó malhumorado:

— Que pasen.

Dirigiéndose a mí, que me disponía a dejarle solo, añadió:

— No; espera ahí, tras el biombo. Concluiré a escape.

El biombo ocultaba un ancho sillón de reconocimiento. Me senté y saqué un periódico, viendo que el concienzudo médico alargaba la visita, a pesar de su promesa.