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Página:El Tratado de la Pintura.djvu/57

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De Leonardo de Vinci — 19

§ XLIV.

Defecto del Pintor.

Uno de los defectos del Pintor será el repetir en un mismo cuadro los mismos movimientos y pliegues de una figura en otra, y sacar parecidos los rostros.


§ XLV.

Advertencia para que el Pintor no se engañe al dibujar una figura vestida.

En este caso deberá el Pintor dibujar la figura por la regla de la verdadera y bella proporción. Ademas de esto debe medirse á sí mismo, y notar en qué partes se aparta de dicha proporción, con cuya noticia cuidará diligentemente de no incurrir en el mismo defecto al concluir la figura. En esto es menester poner suma atención; porque es un vicio que nace en el Pintor al mismo tiempo que su juicio y discurso: y como el alma es maestra del cuerpo, y es cualidad natural del propio juicio deleitarse en las obras semejantes á las que formó en sí la naturaleza; de aqui nace que no hay muger por fea que sea, que no encuentre algún amante, á menos que no sea monstruosa: y asi el cuidado en esto debe ser grandísimo.


§ XLVI.

Defecto del Pintor que hace en su casa el estudio de una figura con luz determinada, y luego la coloca en el campo á luz abierta.

Grande es sin duda el error de aquellos Pintores, que habiendo hecho el estudio de una figura por un modelo con luz particular, la pintan luego, colocándola en