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Página:Esploracion del seno de Reloncaví.djvu/56

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ESPLORACION.

sin detenerse. Al efecto, se le dieron la mejor jente, el bote de Huar, quince dias de víveres, un bote de guta-percha i los instrumentos adecuados para el lleno de su cometido.

Mientras se hacian los preparativos i se disponía un frugal almuerzo, dí las instrucciones al señor Rogers sobre la manera de proseguir el reconocimiento, como asimismo le indiqué los puntos que deberian llamar con preferencia su atención; conviniendo, por último, en que, si no me fuese posible continuar subiendo el rio a causa de mi salud, lo esperaria en las Islas hasta consumir el último día de víveres, debiendo juntarnos en los primeros astilleros de Reloncaví. En seguida se compararon los barómetros i termómetros que debian servir para las observaciones simultáneas i el cálculo de las altitudes.

A las 3h de la tarde salió el bote en prosecución de la esploracion, salvando las correntadas a fuerza de mañas. Hasta esa hora hice observaciones barométricas, interrumpiéndolas en seguida porque no me era posible permanecer en pié, no obstante mi decidido empeño por el trabajo.

La partida del bote i con él la de mis compañeros, no pudo menos que causarme una viva impresion de sentimiento. Un cariñoso adiós enviado desde el centro de un rápido en circunstancias que debian estar atentos a sus acciones i al trabajo, me probó que ellos también sentian el abandono forzoso a que quedaba obligado, como asimismo el entusiasmo i valor con que proseguian. Algunos minutos después no escuchaba ya los varoniles ecos de animacion lanzados a los valientes bogadores que rompian a puros remos las torrentosas aguas; habian cruzado el rápido, dejándome tan solo el cadencioso murmullo de las corrientes, murmullo mil veces mas triste cuanto que era el último sonido que dejaban tras sí entusiastas i valientes compañeros de trabajo.

El vivac tuvo que instalarse a un metro sobre las aguas del rio i en un pedregal de guijos dioríticos mui angulosos. El bosque vecino era húmedo, mui enmarañado i de todo punto insano. Mas al interior seguian las cordilleras tajadas a escarpe i sin ofrecer un trecho capaz de soportar una carpa para cuatro hombres. Es imposible concebir un peor alojamiento en tan vastas comarcas.

La caja del rio; viva imájen de un monstruoso canal abierto