Página:La Ilíada de Homero, Tomo I (Ignacio García Malo).pdf/67

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»No hay cosa mas semejante. El Júpiter de Homero no es seguramente un mentiroso, ni un seductor en este pasage, como el verdadero Dios no lo es en la historia de Achab: mas Homero conoció esta verdad, que Dios se sirve de la malicia de las criaturas, para cumplir sus juicios. Este exemplo es tanto mas notable, quanto es del mismo tiempo de Homero, porque este Poëta vivia en el que Achab era Rey de Israél, y Josaphát Rey de Juda.


    Autores Paganos. Mr. Bitaubé, no contento del sentido alegórico con que algunos interpretan este pasage, dice: En caso de que fuese absolutamente necesario conciliar aqui la ficcion con la moral, faltaria examinar si un Poëta puede emplear una máquina que ofenda la idea de la Divinidad. Lo cierto es, que de qualquier modo que se quiera entender este pasage, no hay duda que Júpiter manda al Sueño que engañe á Agamenón, ofreciendole lo que no habia de verificarse. A mí me parece que solo puede salvar á Homero alguna cosa el no tener una idea perfecta de la Divinidad, como nosotros, y el que en aquellos tiempos creían que los Sueños venian de Dios (como dice en la Iliada Lib. 1. v. 63. váp rörap ix Aus esus). Sobre este supuesto me parece debe hacerse una reflexion: Homero quiere referir un sueño engañoso (como regularmente lo son todos) que tuvo Agamenón é inflamada su imaginacion con la creencia de que los sueños venian de Júpiter, no se contenta con decir simplemente: Soñó

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