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Página:Ninon Lenclos Cartas.djvu/36

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24 MEMORIAS SOBRE LA VIDA

de todo el universo. Pero aún no se veía más que la aurora de aquellos días reservados al más grande de nuestros reyes.

Entonces fué cuando Ninón cada vez más rodeada de cuanto de amable había en París no vió más que una verdadera felicidad en hacer dichosos; pero sin interés, sin bajeza y, como dice M. de Voltaire en su Templo del guslo :

Con aquel arte, aquella delicadeza Que hace á la menos fiera belleza Respetable en su debilidad.

Lo que hace concebir en Ninón el mérito superior que la distingue de todas las mujeres, es que arrastada por la embriaguez de su corazón en medio del torrente de sus debilidades, como nunca el gusto por aquellos placeres menos vivos pero más caros de la razón. Tierna para sus amantes, respetuosa de las conve- niencias, siempre fiel á sus amigos, sus momentos, sus placeres, sus cuidados, sus atenciones, su corazón se repartían entre ellos : el amante más amable no tuvo jamás el derecho injusto de poseerla por com-" pleto. Y (si hemos de creer al abale de Cháleauneuf) sus amantes no tenian rivales más de lemer que sus amigos.

El marqués de Sévigné, que, por un gusto muy corriente en los hombres, no había encontrado en una mujer asaz bella, llena de talento, tal vez demasiado celosa de parecer estimable, los encantos propios para fijar su corazón,halló á Ninón mil veces más hechi- cera. La misma M"* de Sévigné, en una carta en que habla del amor de su hijo por Ninón, atestigua bas- tante, diciendo que habia echado á perder á su padre, que esta pasión no le había sido más desconocida que ¡adifcrente.