Página:Revista del Jardín Zoológico de Buenos Ayres (Tomo II. Entrega I, pp. 1-32).pdf/24

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 24 —

Jardín todos los días (como que dista legua y media del centro oficial)—ni he conseguido jamás de un miembro del Concejo que me acompañe un día entero en el Jardín para darse cuenta exacta de lo que es el encadenamiento de sus atenciones complejas, desde la tarea que reclama la determinacion científica de un animal, hasta la confeccion de un dibujo para la jaula de un raton—y desde la lucha con un ciudadano de levita que tira cascotazos á los animales, hasta la elaboracion de paciencia para atender á una dama que emplea dos horas en anunciar que desea obtener una docena de huevos de Cara-blanca.

Por otra parte, las notas lo resuelven todo aparentemente, pero el trámite lo echa todo á perder.—Y si una condescendencia amistosa del Intendente facilita el despacho inmediato de un asunto, hay que confesar que se salta por sobre derechos de prioridad, y que, no por referirse al servicio público deja de aplicarse á una persona que, al fin, con su presencia frecuente en el despacho, usurpando los referidos derechos, puede concluir por fastidiar.

Las notas mismas ocupan tiempo—y aun rige un decreto por el cual deben reducirse á lo estrictamente necesario en su redaccion. Pero el laconismo, en ciertas cosas, es un talento que no todos tienen, y á veces falta tiempo para ser lacónico.

En 1892 el Sr. Intendente ordenó á la Oficina de Obras Públicas que el Sr. Arquitecto Pierre Boucher prestara sus servicios al Jardin. «¿Qué es para Vd. lo más urgente?» me preguntó.—«Coronar la casa de los Roedores, porque los andamios están colocados—y es cuestion de 2.000 ladrillos y la obra de madera; aquí está el croquis.»—Pero el señor Arquitecto, que pudo ejecutar el trabajo en dos días, tardó más de un mes, porque tenía que atender entonces la construccion del Palacio Municipal. Ese trabajo está concluido, y sólo le falta una pequeña parte de reboque. Luego ejecutó el dibujo de la casa de los Gamos, muy adelantada ya, é iniciada por el Sr. Ludwig, sobre mi croquis, pero sin dibujo suyo y que no pudo hacerse definitivamente porque no había como poner los animales en otra parte para que los albañiles trabajaran. Dibujó en seguida la casa de los Wapitíes, en la que quedó terminada la obra de albañilería, y no se techó por razones análogas. Más tarde trazó la casa de los Elefantes, y como esto coincidió con la orden del señor Intendente de empezar los trabajos en la 2ª seccion del Jardin, y ésto no podía hacerse sin colocar previamente la reja de un modo definitivo, fué menester que los albañiles (cinco oficia-