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El editor toma un momento la palabra

Cuando cayó en nuestras manos la obra del Sr. Nic-Nac, comenzamos á leerla con la firme conviccion de que quizá resolvería alguna cuestion importante.

Horrible desengaño!

Sinembargo, hay algo que resalta en ella, y que no puede dejar de sorprender á aquel para quien el hecho sea nuevo; y es que el planeta Marte no solo es habitable, sino que está habitado. Sus mares, sus continentes, sus bosques, su naturaleza en fin, todo nos fortifica en esta creencia. Que la habitabilidad de Marte no es una novedad para los sábios, esto es incuestionable. ¿Por qué hemos de sostener que solo en la Tierra existen seres dotados de inteligencia suficiente para poder contemplar y juzgar las eternas maravillas del Universo, como si este hubiera sido formado exclusivamente para ellos? Nó, mil veces nó. Espiritus brillantes como el de Flammarion sostienen hoy desde el corazon de la Europa, y lo sostienen con todas las potencias de que están dotados, que los otros planetas son habitables, porque en ellos existen todas las condiciones esceciales para la evolucion de la vida, y aunque es verdad que no aseguran positivamente que otros hombres recorren sus tierras, admiten por lo menos la posibilidad de existencias análogas.