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Porqué No Dió Resultado El Pescado

De Wikisource, la biblioteca libre.
Porqué No Dió Resultado El Pescado (1900)
de Herbert Winslow Collingwood



Unz & Company
PRINTERS
24 BROADWAY
NEW YORK


Porqué No Dió Resultado El Pescado
Porqué No Dió Resultado El Pescado
U N A

H I S T O R I E T A
D E L A
P O T A S A
por
H. W. COLLINGWOOD

Editor del "Rural New Yorker"

Traducida del Inglés, publicada por
German Kali Works
93 NASSAU STREET
NEW YORK
E. U. DEA.


L

A antigua plantación de mi padre en Plymouth, Estado de Massachusetts, puedo asegurar que habrá producido por lo menos 275 cosechas á la raza blanca, sin contar las que produciría á los indios. No era tierra vírgen ni fértil la que encontraron los Colonos en Plymouth en 1620. La capa de tierra laborable era muy delgada y el terreno había sido cultivado durante muchos años. Los indios habían establecido alli plantaciones, pero de una manera muy rudimentaria: pues removían el terreno con estacas, conchas, etc., y sembraban después maíz, habichuelas ó frijoles, y otras legumbres. De suerte que los Colonos comenzaron con aquello que solemos llamar "tierra abandonada." Ellos la hicieron productiva, y al hacer esto, resolvieron, uno de los más grandes problemas á que el agricultor ha tenido que atender después de muchos siglos. Ellos aprendieron el "como" se debe proceder para que un terreno estéril produzca una abundante cosecha. Si hubiesen sabido el "por qué" como lo sabemos hoy, habría cambiado la faz de toda la historia agrícola de Nueva Inglaterra.

Aquellos Colonos no eran agricultores de profesión; pocos, y acaso ninguno de ellos sabía de agricultura, pues si hubiesen conocido siquiera superficialmente el asunto, quizás no hubieran emprendido trabajos de naturaleza semejante en las tierras de Plymouth. Sin embargo los indios eran mejores agricultores que los blancos quienes acudieron naturalmente á los naturales por información. Un amigo indio llamado Squanto, les enseñó á cultivar maíz en aquella árida tierra. Squanto fué, por consiguiente, el primer director de una Granja Experimental Americana.

A principios de la primavera, un gran número de pecesillos aflían hacia las cabeceras del río; y se observó que los indios cogían muchos más de los que necesitaban para su consumo. Cuando llegaba la época de sembrar el maíz, Squanto hacía un hoyo, ponía en él dos pescados,

Squanto
El maiz prosperó

los cubría con un poco de arena, sembraba la semilla, la tapaba y concluía por decir que su trabajo estaba terminado. Squanto no fué el primero ni el último de los maestros prácticos en agricultura. Los Colonos, como muchos de los agricultores que desde aquella época han existido, estaban atrazados en sus procedimientos y nunca habían sabido que se abonaba con pescado; así es que al principio dudaron de la sabiduría de su profesor, pero al ver las cosechas de buen maíz que por aquel procedimiento obtenia, se decidieron á abonar con pescado y á guiarse por sus consejos. En este respecto obraron con mucho tino, porque de ese modo el maíz resultó de buen porte y finalmente obtuvieron cosechas abundantes.

Con tan buen resultado los Colonos creyeron que aquello resolvía el problema del cultivo del maíz especialmente cuando el mar estaba lleno de peces y tenían terreno en abundancia. Sin embargo, trascurridos algunos años se presentó otra vez la antigua dificultad: á pesar del uso del pescado el maíz empezó á rendir
El Pescado no dió Resultado

menos grano; dificultad cuya causa ellos no podían explicarse.

Entonces pusieron doble cantidad de pescado, pero esto tampoco mejoró el resultado aun cuando los tallos eran altos y lozanos. En la actualidad las "Estaciones Agronómicas" nos podrían dar razón de "por que" ocurria esa irregularidad; pero Squanto nunca pretendió ser "químico agrónomo." Todo lo que él sabía era que, cuando el pescado dejaba de dar resultado, el "por que" no le llenaba el estómago en el invierno. Hacíase pues preciso abandonar aquella tierra y cultivar en otro terreno.

Esto era lo que hacían los indios; y los Colonos, no determinándose á tomar otra medida, procedían del mismo modo. Observaron, sin embargo, que el terreno abandonado no era improductivo, pues se cubría de vegetación espontánea y mientras quedaba abandonado, tomaba lugar el crecimiento de hierbas y arbustos, lo cual, con el tiempo formaba una nueva vegetación. Por casualidad notaron que, si se quemaba esta vegetación sobre el terreno, quedaba una ligera capa de cenizas, y que después, aunque parezca extraño, podían recogerse varias cosechas más de maíz si también hacian uso del pescado. Esto fué probablemente el primer ensayo de alternación en una finca americana. Sembraban maíz en un terreno hasta que dejaba de producirse, entonces, mientras que lo dejaban ocioso, se producía en el mismo una cosecha que nada valía, pero que si se quemaba y se sembraba de nuevo, aprovechando las cenizas en combinación con el pescado, se producía buen maíz. Por supuesto, tal observación los llevó á experimentar con las cenizas de esos arbustos. Entonces descubrieron que tales cenizas usadas en el terreno con el pescado hacian segura la cosecha. Quemaron, pues, grandes pilas de estas hierbas y matojos en un lugar conveniente, y recogieron sus cenizas.

Queman maleza para obtener ceniza

Ahora bien: un puñado de esta ceniza con dos pescados daba mejor resultado que doce de ellos solos, esto es, sin cenizas. Veamos pues, por qué las cenizas ayudaban al pescado? Qué fué lo que aplicaron? Si los Colonos hubieran sabido lo que actualmente sabemos hoy, no habría tantas fincas abandondas en Nueva Inglaterra. Cuando un hombre cultiva en tierra fecunda ó en suelo virgen, el por qué de las cosas no le pueden preocupar gran cosa, pero si trabaja en tierra á la cual hay que prestar alguna ayuda, el por qué se convierte en "Maestro," y si no se tiene conocimiento, no se puede mejorar económicamente el terreno. Un estómago vacío, que es el mejor maestro del mundo, convenció á indios y á blancos, de que, si el pescado se usaba sólo, no producía maíz año tras año; por lo cual se dieron á buscar terrenos nuevos, como han hecho también muchos miles de agricultores después de ellos.

Débese recordar que Squanto y sus amigos los blancos ignoraban que el nitrógeno, el ácido fosfórico y la potasa, tienen que ser elementos integrantes ó indispensables de una planta, si es que esperamos que se produzca

una cosecha. Ni sabían nada acerca de estos elementos

que constituyen el alimento de la planta. Si uno de los químicos de hoy hubiese ido donde se hallaba esta gente y les hubiese dicho lo que sabemos de la nutrición de la planta, á buen seguro que lo hubieran arrojado á golpes y á latigazos fuera de su población, llevándolo amarrado detrás de un carro, lejos de aquellos parajes. Transcurrieron más de dos siglos antes de que la gente se formase idea completa de lo que era proveer convenientemente los principios alimenticios para obtener una cosecha, y de que deben estar presentes todos los elementos fertilizantes en el terreno si es que esperamos obtener una cosecha.



QUIEN DESCUBRIO EL "POR QUE."


L
L
OS químicos empezaron á resolver el problema, hasta que lograron separar el pescado del maíz, ó sea, separar los elementos constitutivos de cada uno.
Entonces, ya todo fué fácil; les aconteció lo mismo que al muchacho que abre un reloj y ve cómo los muelles y las ruedas son las que hacen mover las manecillas. Los químicos encontraron entre otras cosas lo siguientes:


LIBRAS EN UNA TONELADA.
NITRÓGENO
A. FOSFÓRICO
POTASA
Pescado
100
110
Ninguna
Maíz
32
12
7
Tallos de Maíz
12
4
20
Cenizas de maderas
Ninguna
35
100

El estudio de esta tabla indica que el pescado finalmente no dió buen resultado, no porque estuviese bajo la influencia "de las brujas" ó porque los agricultores hubiesen cometido algún pecado, sino á la verdad, porque no le proporcionaron potasa al terreno. El por qué es muy fácil después de que se sabe la causa.

Para que se produzcan por ejemplo cincuenta fanegas de maíz desgranado y dos toneladas de tallos y hojas, sería necesario tener en el terreno, y que se encontrasen á fácil acceso de la planta para poder ser asimiladas, 70 libras de nitrógeno, 25 de ácido fosfórico y 50 de potasa. La tierra en si misma era pues pobre para suministrar todo esto.

Los indios lo comprendían, puesto que estaban convencidos de que sin pescado no hubieran cosechado grano. Nosotros vemos por esta tabla, que cuando ellos usaban el pescado año tras año como abono, le daban al terreno nitrógeno y ácido fosfórico pero ninguna potasa. Por varios años las cosechas de maíz crecieron bastante bien con la potasa que naturalmente se encontraba en el terreno. Cuando se agotó este elemento puesto que no se agregó más al pescado, por supuesto la planta no pudo perfeccionar su mazorca y por consigniente el grano, puesto que no hay nada que pueda substituir á la potasa en el crecimiento de la planta. Estos hechos fueron averiguados por los Colonos después de muchos sacrificios, y todo lo que los químicos han sabido después, confirma que ningún otro elemento puede ejercer en la naturaleza las funciones que le son propias á la potasa. Debemos tener muy presente este hecho sobre los tres principales constitutivos del alimento de la planta; el nitrógeno promueve el desarrollo, el ácido fosfórico produce el armazón y la forma, semejante al esqueleto en los seres vivientes. Y de la potasa dependen las funciones de la vida de la planta, ella le da vida y energía en cierto modo lo mismo que la sangre y fuerza vital dan al organismo. Estos elementos, como ya hemos dicho, no pueden sustituirse unos á otros; cada cual tiene que desempeñar una misión importante, y si hace falta uno de ellos, en la falta de éste y no en la abundancia de los demás es de donde resulta el mal éxito de la cosecha. Los Colonos usaban pescado de tal manera que al cabo habia en el terreno más nitrógeno y ácido fosfórico del que era necesario, sin embargo esto era de ningún beneficio para la producción del maíz, toda vez que el terreno no tenía cómo obtener la potasa de que carecía, la cual es un principio esencial en la nutrición de la planta. La pequeña cantidad de potasa que contenían las cenizas, era de más beneficio para el maíz que el beneficio que darían diez pescados, siendo así que el pescado no tiene potasa absolutamente. El resultado hubiera sido el mismo, si después de saber que las cenizas eran tan beneficiosas, estos primitivos agricultores hubiesen desechado por completo el uso de los pescados. Ellos sin duda hubieran ensayado esto, si los peces les hubieran costado dinero; ellos quizá en tal caso, se habrían dedicado á cortar mucha madera, á quemarla y á tratar de fertilizar sus campos con este abono año tras año. Pero algunos años después hubieran visto que el maíz cesaba de producirse, y que las cosechas decrecían gradualmente; primero á la altura del hombre, después á su hombro, luego á la cintura y por último, no hubiesen pasado de la rodilla. La razón de esto es tan clara como la luz del medio día; cuando estudiamos nuestra tabla, puesto que ella nos dice que aunque las cenizas son una fuente de potasa y de ácido fosfórico, pero en cambio no contiene nitrógeno y que tan pronto como el abastecimiento de ese material existente en la tierra se ha agotado el crecimiento de la planta cesa. Si el pescado es puesto con las cenizas el maíz crece porque de esta manera se añade ó suple el nitrógeno. El agricultor nunca debe perder de vista el hecho de que: para que una cosecha tenga buen éxito, es necesario que el terreno contenga esos tres elementos fertilizantes imprescindibles. Esos antiguos agricultores de que venimos hablando encontraron que el problema más difícil era el de proveer potasa al terreno, dificultad con que han encontrado las generaciones posteriores. Y esto es debido á que los fertilizantes que naturalmente se encuentran en el suelo Americano contienen nitrógeno y ácido fosfórico, mientras que no se encuentra ningun abastecimiento natural de potasa, excepto en las cenizas de la madera. Los numerosos malos resultados de las cosechas que se han experimentado en este pais, son debidos á la falta de la potasa, mas que á cualesquiera otro elemento fertilizante, puesto que, segun aconteció á Squanto y sus blancos alumnos, la potasa no se encuentra en cantidades suficientes en los fertilizantes ordinarios.

Pero si todo eso es exacto, ¿cómo acontecía que cuando quemaban los arbustos y las hierbas, podía darse el maíz? Creí entender que el maíz habia extraído toda la potasa que contenía el terreno.

La adicion de las
cenizas al pescado,
produjo más maiz

Yo dije, que el maíz había extraído toda la potasa aprovechable, esto es, la que estaba en estado de ser absorbida por el maíz. Los matojos y hierbas podían utilizar abastecimientos de potasa la cual no estaba al alcance del maíz. Cuando estas plantas más duras se quemaban, la potasa de las cenizas se hacia más aprovechable para la cosecha del maíz. Supóngase que Ud. coge un perro manso, y lo lleva al monte, y lo obliga á permanecer en aquellos parajes; lo más probable es que se muera de hambre. Llévese una marmota ó zorra al bosque y ésta podrá buscarse la vida, porque ella y sus antecesores han tenido que buscarse del mismo modo la subsistencia. Mátense luego estos animales y permítase que el perro se los coma; es indu-dable que el perro aprovechará los alimentos del monte, pero de una manera indirecta. Todas las tierras contienen potasa, pero la mayor parte de ella está en forma muy poco aprovechable, y léjos del poder de asimilación que tienen las plantas de cultivo. Las árboles y hierbas silvestres, á la manera que los animales salvajes, pueden proporcionarse alimentos que sus congéneres, los vegetales de cultivo, no pueden conseguir directamente; de manera que cuando un campo es abandonado, este paulatinamente se hace productivo otra vez. Un acre, por ejemplo, puede contener potasa para mil cosechas de maíz anuales, pero puede hallarse esa potasa, en estado tan poco asimilable, que para que el maíz se diése, habría que regar 100 libras de potasa aprovechable al terreno.

Ahora obramos mejor y en lugar de dejar que el campo se cubra de malezas con el fin de obtener potasa utilizable; compramos la potasa y la aplicamos á plantíos de trevol y frijoles. Estas mieses utilizan más de la potasa natural en el terreno, y cuando son arados interiormente ó cuando se les da al ganado y son devuelas al terreno como abono aumentan considerablemente las cosechas de maíz ó patatas, y otros frutos. Se puede decir sin temor de equivocarse que si Squanto ó los blancos de aquella época hubieran sabido lo que nosotros sabemos acerca del pescado y la razón de "por que" este (pescado) no dió más resultados después de algunos años de cosechar, la historia de la agricultura de Nueva Inglaterra hubiera sido enteramente distinta. Como hemos visto, el mal resultado se debía principalmente á la falta de potasa asimilable, después á la falta de nitrógeno; esto hacía que el cultivo no diera el resultado que debió haber dado en Nueva Inglaterra. Eso mismo fué la causa de que fueran tántos buenos muchachos al Oeste, en busca de tierras más fértiles. Según se dirigían al Oeste, tropezaban con la misma dificultad que Squanto, porque los fertilizantes principales que se usaban en el país, se constituían de ácido fosfato y resíduos de los mataderos, tales como: sangre, fondaje ó hueso, ó pescado en polvo. Estos fertilizantes no contenían potasa, y como les faltaba este elemento, las cosechas finalmente comenzaran á decrecer, lo mismo que cuando el pescado se usaba solo en el cultivo del maíz. La razón es la misma, pues aun cuando la tierra este bien provista de nitrógeno y bien alimentada de fosfato, siempre le faltará la potasa á menos que le sea suplido este elemento.

Ahora bien, el ganadero ó el criador de vacas dirá que él no piensa lo mismo, porque él usa abono y de esta manera él mantiene un completo abastecimiento de potasa.

"De donde obtiene Ud. esa potasa?

"Pues el grano que compro me la proporciona.

"Ud. no puede estar muy seguro de ello; Squanto y sus blancos amigos hubieran dicho algo parecido sobre el pescado. No adivinémos sobre esto y hagamos las mismas pruebas que hicimos con el pescado y el maíz.

He aquí otra tabla:


LIBRAS EN UNA TONELADA.
NITRÓGENO
ACIDO FOSFÓRICO
POTASA
Abono de estable
10
6
12
Afrecho
45
56
28
Harina de Maíz
32
6
3
Granos de cervecerías
15
9
1
Pulpa de Semilla de Algodón
80
60
29
Hago mención de estos alimentos, porque son lo que más compra el ganadero ó criador. Y se verá que cuando un hacendado compra granos, él trae á su plantación una regular cantidad de nitrógeno y ácido fosfórico, pero muy poca cantidad de potasa. No es tan malo como acontecia con el pescado, porque éste no contiene absolutamente ninguna potasa pero se verá que en todos estos granos la cantidad de potasa comparativamente con los otros elementos es muy poca. Así pues, cuando el hacendado fertiliza su heno y demás cosechas de forraje, que crecen en su propia hacienda y compra grano, no le proporciona potasa al terreno en la cantidad que él cree. También se puede observar en esta tabla la proporción en que se encuentra la potasa comparada con estos elementos en los abonos de establo. En una tierra regular, que ha sido elavorada por varios años, es una regla segura el usar con cada libra de nitrógeno, tres de ácido fosfórico y por lo menos dos y media de potasa. Hay tierras, sin duda, donde esta proporción no daría resultados ventajosos, pero á menos que el agricultor haya estudiado bien sus terrenos y sepa más del asunto, él debe estar seguro y aplicar suficiente cantidad de potasa. Dejemos pensar al agricultor del fertilizante para papas, que tan abundantes cosechas les ha propocionado. No es cierto que siempre este fertilizante contiene dos y algunas veces tres veces tanta potasa como nitrógeno? Vemos á la simple vista que el abono de establo (estiercol) no abastece tal proporción, puesto que tanto la potasa como el ácido fosfórico carecen. Siendo este el caso, se puede fácilmente comprender que para obtener la potasa que nuestros campos necesitan,

debemos usar tanto del abono de establo hasta que haya un mal gasto de nitrógeno. Esto fué lo que aconteció en el caso de nuestro viejo amigo Squanto. Cuando las cosechas de maíz comenzaron á disminuir él usaba más y más pescado. Si hubiera el pescado contenido un poco de potasa él hubiera podido obtener cosechas de maíz usando grandes cantidades de pescado, pero la mayor parte del nitrógeno contenido en éste hubiera sido desperdiciado. Ahora bien, si él hubiera tenido que pagar por el pescado, él muy pronto hubiera tenido que declararse en bancarrota como agricultor. Al presente el abono de establo cuesta dinero, y cuando un agricultor lo usa como Squanto usaba el pescado, puede estarse seguro que él perderá tanto la cosecha como su dinero. Si una libra de potasa cuesta 4½ centavos y una libra de nitrógeno cuesta 16 centavos en donde está la utilidad de un agricultor cuando usa dos libras de nitrógeno más de las que necesita para obtener una libra de potasa? Bste punto ha sido claramente probado por el Profesor Williams P. Brooks, en el Colegio de Agricultura de Massachusetts. El experimentó con tierra que no era distinta á la usada por Squanto en la primera granja experimental. El Profesor Brooks sabía que al terreno le faltaba potasa. Mientras que nuestro antiguo amigo Squanto no sabía lo que necesitaba el terreno, por esta razón él continuó poniendo pescado fundado en la vana esperanza que el nitrógeno ó el ácido fosfórico hacían las veces de la potasa que tanto necesitaba. Los agricultores que usan abonos de establo, sin saber lo que contienen, procederán sienpre lo mismo que Squanto y seguirán aplicando más abono, sin ver que cada libra de potasa que le suministran de esta manera al terreno, significa ó les cuesta la pérdida de una libra de nitrógeno. El Profesor Brooks sabía que la potasa era el elemento de que carecía el terreno. Probablemente él usó carbonato de potasa solamente en distintos surcos ó partes del terreno, y vió que daba buen resultado. Se recordará que Squanto hizo lo mismo cuando empleó las cenizas de madera, pero él no tenía ningun químico que le dijera el por qué. El Profesor Brooks tenía la ventaja sobre Squanto, de que sabía lo que contenía el abono de establo y lo que necesitaba el terreno. En una parte del terreno usó estiercol á razón de 22 metros cúbicos por acre. Este estiercol costaba $30 y se consideraba como una buena aplicación. En otra parte igual del terreno regó ó aplicó 14½ metros cúbicos de estiércol por acre y en adición á esto 160 libras de muriato de potasa por acre; costando este abono menos de $24. Este procedimiento se siguió durante varios años y se obtuvieron diferentes cosechas. Cuentas y medidas actuales demuestran que el término medio de producción de maíz era justamente tan grande cuando se aplicaba estiercol y potasa por valor de $24 como cuando se le aplicaba solo estiercol por valor de $30. Aquí resultaba una economía ó utilidad de $6 por acre anualmente, lo que es un crecido interés en cien pesos. El rendimiento en las cosechas de hierbas para forraje con el mayor montante de abono era un poquito mayor, pero no lo suficiente para cubrir la diferencia en el costo del abono. Bs decir, los 14½ metros cúbicos de estiercol y potasa dieron una tonelada más (barato) de heno. Ahora, solo tenemos que revisar la tabla anterior para ver porque sucedía esto. Los 14½ metros cúbicos de estiercol suministraba todo el nitrógeno que necesitaba la cosecha de maíz pero sin embargo, no contenian bastante potasa, y si se hubiera usado solo esta cantidad, el Profesor Brooks no hubiera podido hacer crecer una completa cosecha. La potasa que se agregaba "balanceaba" el nitrógeno y de esta manera hacia posible lo completa cosecha. La potasa que se agregaba "balanceaba" el nitrógeno y de esta manera hacia posible lo completa cosecha. La economía de seis pesos por acre significaba el montante de nitrógeno en los 7½ metros cúbicos adicionales de estiercol, las que estaban por demás en las necesidades reales de la cosecha. En algunos terrenos el ácido fosfórico tiene que usarses de la misma manera; y esto se podría hacer, usándose 300 lbs. de ácido fosfato con el estiercol. Debemos tener presente que el abono de establo es de utilidad para el agricultor, principalmente por el nitrógeno que contiene. Todos sabemos que donde se cultivan frutas ó legumbres, ó donde los fertilizantes son la base principal para obtener plantas ó frutos nutritivos, la potasa debe usarse liberalmente. Asimismo debemos tener presente que en las haciendas y donde se plantan yerbas y maíz, y donde se vende leche y ganados, la potasa es indispensable.

"Cuál es la razón de esto?"

Revisemos nuevamente la tabla que demuestra el análisis de los granos y alimentos, y se verá que, proporcionalmente, hay menos potasa en ellos que lo que hay de ácido fosfórico ó nitrógeno. Aunque un agricultor al comprar granos pueda obtener en estos considerable cantidad de nitrógeno y ácido fosfórico, el abastecimiento de potasa es enteramente limitado.

Pero esto no indica que por haber menos potasa en estos granos, este elemento no es tan necesario como los otros?

"Absolutamente nó." Podemos analizar un hombre ó un caballo, y encontrar limitada cantidad de potasa en su cuerpo, ó ninguna cantidad, y, por consiguiente, formarnos la conclusión errónea de que no necesita este elemento; pero esto sería tan absurdo , como alegar que por no poderse analizar la fuerza, voluntad ó carácter del hombre, concluir por ello que no tiene ninguna de esas propiedades. He aquí la razón de porque debemos usar una abundante cantidad de potasa, la que muy á menudo no se tiene en cuenta. La potasa más que cualesquier otro elemento, ejerce influencia en la función vital de la planta. A menos que la potasa se halle presente en la planta; la formación de almidón y los procedimientos que correspondan á la digestión de los animales no puede verificarse. Aun cuando el nitrógeno y ácido fosfórico se encuentran en gran cantidad en los cuerpos de las plantas y de los animales, la potasa afecta las funciones vitales, y después desaparece. Por esta razón es enteramente tan necesaria como los otros elementos, aunque veamos fácilmente que la cantidad que queda de ella almacenada en el cuerpo no se mide por su importancia actual. Para ilustrar, podríamos probar por medio del análisis de un buey, que el agua, la cal, el nitrógeno y ácido fosfórico son necesarios para perfeccionar su cuerpo, pero tal análisis no nos mostraría la necesidad actual del aire, como tampoco no nos motraria la necesidad de potasa. Y sin embargo: ¿quién se atrevería á negar por eso, que el buey no necesita del aire? Por ejemplo: el grano del maíz no muestra sino una pequeña parte de potasa en su composición, y sin embargo, esta pequeña porción determina la cantidad y calidad de la cosecha, porque el maíz está compuesto principalmente de fécula (harina) y la potasa es elemento indispensable para la formación de dicha fécula.

Un agricultor puede proporcionarle nitrógeno á un terreno, cosechando trevol ó frijoles "cow peas", pero para abastecerlo de potasa tiene que comprarla en los granos y fertilizantes.

Hay otra cosa que considerar. La finca ó hacienda es más propensa á perder los efectos de la potasa comprada en granos, que en los otros elementos. La mayor parte de la potasa se desperdicia en los abonos líquidos, y, como dijimos antes, la potasa no es depositada ó retenida en los cuerpos como los otros elementos. Llena su función de ayudar la digestión y después desaparece, principalmente por los riñones. En una tonelada de abono líquido de un caballo, hay 30 libras de potasa, mientras que en la tonelada del abono sólido hay solamente 7 libras; esta proporción es un poco mayor en el ganado vacuno y en las ovejas. Después de saber esto, podemos ver cuán fácilmente se pierde la potasa á los campos cultivados. Una gran parte de los líquidos se pierden en los pastos ó en los caminos, así es, que mucha de la potasa comprada en el grano nunca llega á los campos que se cultivan. Es verdad que también de este mismo modo se pierden cantidades de nitrógeno y ácido fosfórico, pero en primer lugar, hay más de ellos en los granos, mientras que la proporción de potasa en los líquidos es mayor. Siendo este el caso, podemos ver claramente como en la ordinaria pila de estiercol la pérdida de potasa por causa de la filtración debe ser considerable.

Por consiguiente bajo todos conceptos vemos la necesidad de tener un buen abastecimiento de potasa disponible. Algunas tierras contienen vastas cantidades, mientras hay otras que casi carecen de ella por completo, aunque son ricas en otros elementos. El antiguo problema de usar cenizas y pescado para obtener maíz se repite sin cesar. Ahora debemos tener seguridad del estado en que se encuentran nuestros terrenos, puesto que cuando una cosecha mejora con una aplicación de muriato de potasa, podemos saber de que carece el terreno; puesto que no hay nada en el muriato que ayude excepto la potasa. Hemos aprendido cómo obtener abastecimientos baratos de nitrógeno, arando las cosechas verdes junto con la tierra. Acido fosfórico de inferior calidad puede obtenerse de varias maneras diferentes. La potasa es aun el elemento más difícil de aplicar y sin embargo su presencia determina el éxito de la cosecha. Cuando á Squanto y sus discípulos de agricultura no pudieron producir maíz ellos supieron de donde obtener un abastecimiento. Los indios que moraban cerca de la desembocadura del río "Connecticut" rara vez dejaron de cosechar maíz y generalmente les sobraba para vender. Sin duda, los Colonos se maravillaban al ver á los indios de Connecticut cosechar maíz con pescado, cuando en Plymouth el pescado no daba buenos resultados después de obtener algunas cosechas. Nosotros ahora averiguamos que estos indios de Connecticut ocupaban un suelo que naturalmente era más rico en potasa y de aquí que junto con el pescado diera buen resultado.

En estos últimos tiempos las manzanas rojas de la región de Ozark, en Missouri, se han hecho famosas en todo el mundo, por su color, tamaño y solidez. Se ha averiguado que el subsuelo y las lajas de la superficie de aquella "tierra de las manzanas grandes y coloradas" son ricas en potasa. Los cosecheros de frutos de Connecticut, con tierra relativamente más pobre, han podido por medio de un cultivo esmerado y una alta proporción de potasa en sus abonos, confirmar la siguiente leyenda de la que se hizo mención en la última junta que celebró la Sociedad de Agricultura de Connecticut.

"No la tierra de las manzanas coloradas y grandes,
sino la tierra de las manzanas buenas y coloradas."

Libreria Gratuita del Agricultor.




Todos los agricultores pueden obtener gratuitamente una copia de los libros siguientes:
Guia del Agricultor,


La Caña de Azucar,


Fertilización de la Caña de Azucar,


Fertilización de la Caña de Azucar en las Islas Hawaii,


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Casilla 471,SANTIAGO DE CHILE