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Carta de Mariano Egaña a Juan Egaña (11 de Mayo de 1824)

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VALPARAÍSO, 11 DE MAYO DE 1824.

Mi muy amado padre,

A esta hora debe estar ya muy cerca de Santiago Mister Nugent que de veras salió ayer. Anoche ha habido aquí un fuerte temporal que tuvo en peligro a algunos buques; pero que no ha causado daño. El Cónsul me ofrece despacharse luego, y no es bueno que yo no encuentre buque que me conduzca. Sé que los árbitros han pronunciado su sentencia, mas la reservan aún. Ignoro qué requisito faltará. Aguardo su notificación para dar cuenta al Gobierno; y por consiguiente librar contra la Caja de descuentos, que no querrá pagar, ni el erario tendrá cómo cubrir. Es bien que sepan que entregué 900 pesos a Drewek, ni hay para qué decir que los he recogido, porque aun en ese caso habría de haber sido preciso entregarlos nuevamente como pago del falso flete. Yo pienso librar la mitad de la cantidad en que ajuste mi nuevo pasaje, que se ha de entregar antes de la partida al dueño del buque, y que en efecto yo no tengo aquí cómo satisfacer en numerario.

Quedo instruido de que ya Solar está pagado. Juan José estaba contratado en tres pesos y creo que sólo se le debía un mes. La onza de Cabezas era justa deuda entregando él los 200 ejemplares que aun retenía.

Doña Mercedes Pacheco es una solemne embustera, porque jamás le he prometido nada, ni le he dado nunca cuota alguna fija, ni en períodos determinados. Ud. estése a mi apunte arreglado a lo que también le dije la noche antes de venirme. Repugnan mucho estas habilosidades.

Después de darse a doña Mercedes Jara la noche antes de salir yo, tres pesos, quedaron en la talega chica de Dolores 246 pesos de que rebajados 24 dados a Ríos para el camino, debían restar 220. Sin embargo ésta es materia sujeta a equívocos.

Si Freire ha de llegar luego a Santiago, mejor será reservar mi carta para dársela a su arribo, con lo que se evita el peligro de que se extravíe, si no será preciso mandársela, no sea que sabiendo que aun permanezco en Chile, extrañe falta de comunicación mía.

No he recibido periódico alguno, salvo los números 4 y 5 del Correo, que Ud. me mandó. Con esta fecha dirijo un oficio al Ministro para que se me remitan.

Nada me dice Ud. del arribo de Juan y Ríos.

Aquí he visto en el despacho del Gobernador un oficio cerrado (venido por el Cambridge que hizo escala en el Janeiro) rotulado al Director don Ramón Freire, y trae el membrete de Cochrane. No sé si en Santiago lo ha abierto Benavente o lo ha remitido a Freire. El debe contener cosas importantes; ojalá Ud. pudiera saberlas, pero de boca del mismo señor Errázuriz.

Con esa fecha doy parte al Gobierno de que Mister Dalbe conoció en Talcahuano a dos ayudantes del Estado Mayor del Emperador Alejandro, que había visto en París cuando entraron allí los aliados, y que venían disfrazados en oficiales de marina a bordo de una corbeta de guerra rusa, que fondeó en aquel puerto, y que decía venir desempeñando cierta comisión científica en cuya virtud desembarcaban y hacían sus dibujos y reconocimientos. Ellos quisieron como ocultar su nombre, pero Dalbe les dió tales señas que convinieron en que eran tales ayudantes, y que el Emperador les había agregado a esta comisión científica.

He visto Gacetas de Río Janeiro de marzo último en que se anuncia que la Marina Rusa contaba 60 navíos de línea, y que en los puertos de Rusia y Francia se hacían armamentos, cuyo destino se decía ser la América: que la Escuadrilla Francesa que se hallaba en Cádiz estaba también preparándose, y que tres navíos de línea y algunas fragatas inglesas estaban en observación en Gibraltar.

A Dios mi amado padre, soy su

Mariano.