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Gotas de ajenjo/LXXXVI

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LXXXVI

¡Todas las noches te veo

y hablo contigo y te toco

y te abrazo como un loco,

te acaricio... y te poseo!


¿Sin embargo, estás cautiva

en una tumba desierta...

qué me importa que estés muerta,

si en mis sueños estás viva?