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Página:El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (1905, vol 1).djvu/167

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DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Apenas le oyeron esto, cuando todos le tuvieron por loco; y por averiguarlo más, y ver qué género de locura era el suyo, le tornó á preguntar Vivaldo que qué quería decir caballeros andantes.

—¿No han vuestras mercedes leído, respondió don Quijote, los anales é historias de Ingalaterra, donde se tratan las famosas fazañas del rey Arturo, que comúnmente en nuestro romance castellano llamamos el rey Artús, de quien es tradición antigua, y común en todo aquel reino de la Gran Bretaña, que este rey no murió, sino que por arte de encantamento se convirtió en cuervo, y que, andando los tiempos, ha de volver á reinar y á cobrar su reino y cetro, á cuya causa no se probará que, desde aquel tiempo á este, haya ningún inglés muerto cuervo alguno? Pues en tiempo deste buen rey, fué instituida aquella famosa orden de caballería de los caballeros de la Tabla redonda, y pasaron, sin faltar un punto, los amores que allí se cuentan de don Lanzarote del Lago con la reina Ginebra, siendo medianera dellos y sabidora aquella tan honrada dueña Quintañona, de donde nació aquel tan sabido romance, y tan decantado en nuestra España, de:


   Nunca fuera caballero
de damas tan bien servido,
como fuera Lanzarote

cuando de Bretaña vino,

con aquel progreso tan dulce y tan suave de sus amorosos y fuertes fechos. Pues desde entonces, de mano en mano fué aquella orden de caballería extendiéndose y dilatándose por muchas y diversas partes del mundo; y en ella fueron famosos y conocidos por sus fechos el valiente Amadís de Gaula, con todos sus hijos y nietos hasta la quinta generación, y el valeroso Felixmarte de Hircania, y el nunca como se debe alabado Tirante el Blanco; y casi en nuestros días vimos y comunicamos y oímos al invencible y valeroso caballero don Belianis de Grecia. Esto, pues, señores, es ser caballero andante, y la que he dicho es la orden de su caballería, en la cual, como otra vez he dicho, yo, aunque pecador, he hecho profesión, y lo mismo que profesaron los