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Revista de la semana del No. 22, 1869

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El Museo Universal (1869)
Revista de la semana del No. 22, 1869
de Nicolás Díaz Benjumea


REVISTA DE LA SEMANA.

V

otada La forma de gobierno, alma de la Constitución, los debates corrieron como entierro de pobres á su término. Ya tenemos ley fundamental. Los barones que hicieron la Magna Carta, apenas sabían firmar y de ella se ha derivado la libertad que goza hoy Inglaterra. Nuestros padres de la patria son filósofos, letrados, economistas, escritores y oradores, y aun hay quien teme que la libertad corra peligro. Como quiera que sea, la nueva Constitución no puede menos de ser un progreso, ó de lo contrario era tiempo perdido el fabricarla. Si llega á observarse con escrupulosidad de intención, puede dar algún resultado; pero si entra el comentario y la interpretación torticera de la letra, ancho campo hay en 12 artículos para ejercitarse el espíritu sofista.

Los republicanos, apartados ya algún tanto de la lucha activa en las Cortes, concentran sus fuerzas para la propaganda doctrinal, único medio de que sus ideas ganen terreno en lo sucesivo, é inauguran la campaña con la famosa junta y pacto de Tortosa, remedo del juramento de Ruttli. Este pacto se renovará probablemente en otras zonas de la Península, y provistos de organización, periódicos, libros, y apóstoles se prometen federalizar la España entera, guiados por la máxima de nihi factum est in regioné republicce que prius non fuerit in conscientia popul.

Entretanto, Constitución tenemos, y, buena ó mala, ha venido amundo sin grandes dolores, agitaciones y espasmos como algunos malos profetas anunciaron, pasarán las fiestas que solemnizan su natalicio, y la historia consignará, andando el tiempo, que España ha sufrido grandes males en el siglo, no es por falta de recetas ni bálsamos de Fierabrases políticos, sino que las bascas y mareos le vendrán como á Sancho cuando apuró la alcuza, de no ser andante caballero.

Mucho ha dado que temer y en qué entender á los noticieros y patriotas la série de escenas, ofrecidas por las elecciones en Francia; pero la verdad es, que el ruido fue mas que las nueces. Por mas que vengan algunos republicanos y demócratas al cuerpo legislativo, Napoleón tiene su acostumbrada gran mayoría, que de seguro sostendrá todavía, por algún tiempo el régimen personal pasado. Toda vez que orleanistas, legitimistas y republicanos no han mostrado fuerza bastante para tentar una revolución, no esperen mas cambios ni modificaciones que los provenientes de la iniciativa imperial.

Por mas que el correo nos anuncie el triunfo de media centena de demócratas exaltados, y por mas que se haya victoreado á Barbés y á Ledru-Rollin, las poblaciones de la Francia han votado, como en 1863, por el actual órden de cosas. París no es hoy la Francia comme il etait jadis. Esto no quita que el emperador conozca el error cometido en no haber andado con pies mas ligeros en el camino delprogreso, y en la concesión de libertades á un pueblo inquieto é inconstante. Hace años que los franceses se hubieran contentado con lo que hoy tal vez les parezca poco.

Pasado este período de agitación comenzará a distraerse el ánimo de nuestros vecinos con sucesos de índole muy diversa.

El vi-rey de Egipto llegará á París á mediados de mes próximo para convidar personalmente á la emperatriz, á las fiestas que en Ismailia se preparan a inaugurarse el istmo. Antes pasará este ilustre personaje por Florencia en donde obtendrá formal palabra de que, el príncipe real y la princesa Margarita representarán a Víctor Manuel en aquel grandioso acto. Irá después á Viena á recojer los dichos de archi-duque Cárlos y Víctor, hermanos delemperador, que representarán á la emperatriz Isabel. En Berlín es de creer que también el príncipe heredero asistirá en lugar de Bismark ó del rey, y hechos los convites irá á Aguas-Buenas hasta el 6 de octubre en que se hallará en su puesto de honor para recibir á los convidados.

Gustavo Doré que debía formar parte de la comitiva de la emperatriz parece que no podrá abandonar su Estudio, según son de numerosos los compromisos que tiene contraidos con diferentes editores y admiradores de su talento.

Ya ha llegado á Inglaterra el nuevo ministro norteamericano que reemplaza á Mr. Reverdy Johnson, y quien parece que trata de estudiar el estado de la opinión pública sobre el asunto ruidoso del Alabama y por ver si es conveniente abrir de nuevo las negociaciones.

Coincide con su llegada el aniversario de la fundación de La Sociedad de la Paz, celebrado el dia 18, y al cual asistieron, usando de la palabra, varios personajes de los Estados-Unidos. Las resoluciones que se tomaron tendían á calmar los ánimos en América y en Inglaterra, y á asegurar que no obstante los grandes armamentos, el espíritu general de Europa se mostraba cada dia mas favorable á la paz. Dios los oiga y el pecado sea sordo.

Las últimas noticias de China no están acordes con las declaraciones hechas por sus embajadores en las Tuberías, de que aquella nación quería entrar en el gran concierto de los pueblos civilizados. El odio proverbial á los extranjeros ha vuelto á apoderarse de los chinos que acaban de circular un papel denunciando á los misioneros y calificándolos de locos bárbaros. Refiérese asi mismo, que un alto dignatario dió una bofetada al embajador francés, quien de sus resultas arrió su bandera. Por de contado que estos excesos chinescos son consecuencia lógica de la indiscreción de los misioneros protestantes y de las demasías de los cónsules y autoridades navales, como, por ejemplo, el ataque formidable que hizo la tripulación y marinos de Cockchafer, descrito en una de nuestras anteriores revistas.

Recordarán nuestros lectores, que en otro número hicimos una leve indicación del proyecto de abrir un canal navegable desde la bahía de Vizcaya al Mediterráneo. Pues este proyecto colosal é importantísimo en el orden económico se halla sometido á la consideración y dictámen de la municipalidad de Burdeos. El ingeniero proponente Mr. Staade Magnoncourt evalúa el costo de la obra en 442.000,000 de francos.

señalando el período de seis años para llevarla á cabo. Hecho este canalformará una línea directa de comunicación con la India por eI istmo de Suez, y ahorrará á los buques que salen de los puertos del norte de Europa el dar la vuelta á la Península española. Si este canal se construye, teniendo como es probable las embocaduras en Burdeos y en el Golfo de Lyon cerca de Pérpignan, quedará reducida á cero la importancia de Gibraltar para los ingleses. Buena ocasión para Mr. Bright que desde hace muchos años viene abogando en sus discursos por su restitución á España como un acto de justicia.

El discurso que puede llamarse de la corona, pronunciado recientemente por el Sultán, ha sido objeto de muchos comentarios. Es la vez primera que el gefe de la Turquía apela á la razón del pueblo, y usa de lenguaje y espone ideas á la europea, y no es extraño que tamaña innovación tenga aturdidos á los diplomáticos.

Las últimas noticias de Cuba dan casi por terminada la insurrección. Nuestros lectores habrán notado los buenos deseos del poder ejecutivo, de que pronto vengan á tomar asiento en las Córtes los diputados de las Antillas, para cuyo efecto se varió la redacción del artículo 107. El Sr. Castelar expresó con este motivo, que no basta hacer á los cubanos promesas que no han de cumplirse y esperaba del gobierno que las concediera vida propia para que salgan del estado en que hoy se encuentran.

Entre las infinitas relaciones y noticias de movimientos, planes, preparativos y trabajos de carlistas, isabelinos, montpensieristas y demas descontentos que bullen y forman el fondo obligado de la sección de crónica general de los periódicos, merecen llamar la atención h de que el general Cabrera no piensa tomar parte en los sucesos de España, hasta ver cuales el rey que votan las córtes, y la que dá el Gaulois de la visita de sus magestades imperiales á doña Isabel de Borbon, refiriendo como en el instante en que la emperatriz subía á su carruage, doña Isabel arrojó un puñado de flores sobre su falda en reconocimiento del objeto de su visita y de las buenas nuevas que le había traído.

Dejando ahora á un lado la política, aunque no las señoras, no podemos menos de recordar la notable sesión lírico-literaria que se celebró el lunes por el Ateneo femenino en el salón del Conservatorio. Allí lucieron sus habilidades en el canto la señora de Aiguals y la señorita de Moran; en el piano las de Fernandez y de San Pedro, y en el harpa la señorita de Jardín, obteniendo cosecha abundante de merecidos aplausos. No menores los consiguieron las señoritas de Balmaseda y Gasoy los señores Albó, Aiguals y Silió y Gutiérrez á quienes con acierto se encomendó la parte literaria.

Los conciertos instrumentales con tanta maestría como gusto dirigidos por el Sr. Monasterio, siguen atrayendo inmensa concurrencia de aficionados al estenso circo de Recoletos, y para cuando estos terminen, se encarga de continuar tan gratos pasatiempos el director Senhor da Cunha que con su escogida orquesta viene del vecino reino lusitano á mantener viva nuestra afición á la llamada música sabio alemana, como si la de los maestros célebres italianos fuera música ignorante.

La procesión del Corpus hizo su salida el jueves con una pompa y brillantez inusitada, y á favor de una agradable temperatura que convidó á que la carrera estuviese constantemente poblada de forasteros y vecinos de Madrid. Hubo sus amenazas de aguarse la función; pero todo quedó en amago y no fue esto impedimento para que las bellas madrileñas luciesen sus gracias bajo el estrecho, húmedo y fementido toldo.

No concluiremos nuestra revista sin darnos el parabién por la resolución tomada de fundar dos asilos para los pobres en Aranjuez y en el Pardo, á cuyo pensamiento se ha asociado el público con entusiasmo, así como nos felicitamos por las medidas que han de acabar con la mendicidad callejéra y la prostitución pública, que de poco tiempo á esta parte habían hecho casi intransitables las calles de Madrid.

Nicolás Díaz Benjumea.


Señor director de El Museo Universal.

Muy señor mió: En la anterior epístola, consagrada al Ensayo biográfico del Rector de la Central, encaminado á demostrar el muy poco tacto de un alto empleado en la elección de personas, hice á usted la promesa de ocuparme extensamente de la manera mas propia de organizar sobre bases sólidas el poder docente, con estricta sujeción al principio democrático de libertad, sin reparar en las muchas y graves dificultades que habría de encontrar en mi camino; mas el compromiso contraido, por una parte, y por otra, mi amor a la Universidad, símbolo ael poder docente, llamada por la revolución á sustituir á otras instituciones que al parecer tenían asegurados luengos siglos de vida, son parte para que, dejando á un lado cualquier móvil que no se inspire en el más acendrado patriotismo, vea de aligerar el peso que voluntariamente eché sobre mis débiles hombros.

Soy, etc. F. Rivero.

Londres 24 de abril de 1860.