Amor, no se engañaba el que decía
que eres monstruo engendrado de la tierra,
que de los elementos eres guerra,
luz de la noche, escuridad del día,
dios por temor, y rey por tiranía,
hijo de Marte, que la paz destierra,
y de una errada, por quien siempre yerra,
vencida la razón de tu porfía.
No te espantes de ver que te adoramos:
que de gentiles a temor sujetos,
la Muerte fue adorada por dios fuerte.
Así como a la muerte, altar te damos,
pues todos dicen, viendo tus efetos,
que eres hijo del tiempo y de la muerte