Ay dulce puerta, en cuyo mármol cargas

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​¡Ay dulce puerta en cuyo mármol cargas​ de Lope de Vega
Soneto 119
   ¡Ay dulce puerta en cuyo mármol cargas, 
dueño cruel, las armas homicidas,
empresa y sepultura de las vidas,
que para fin tan miserable alargas!

   ¡Ay piedras que a mis lágrimas amargas, 
con ser piedras, estáis enternecidas,
en quien son y serán entretenidas
de mi corto vivir las horas largas!

   Yo os adoro y respeto por aquélla,
cuy retrato sois, porque sin duda
alguna alma de piedra vive en ella,

   tan dura, helada y de calor desnuda,
para dar a mi llanto una centella
que sólo os diferencia en que se muda.