Discusión:Emilio/Libro IV

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Se produce aquí una ruptura radical respecto a la educación impartida hasta ahora. Hasta los quince años se han realizado todos los esfuerzos para restringir la visión de Emilio respecto al mundo de las cosas; de esa edad en adelante, en cambio, se destaca la importancia del mundo de los individuos y de sus relaciones recíprocas. La historia tiene cabida finalmente en el programa educativo de Rousseau; este pensador manifiesta su preferencia por los historiadores y las literaturas clásicas, que considera que han de leerse por su valor intrínseco, y estima que ya es tiempo de que el alumno entre en contacto con los mundos de la poesía y del teatro:

He aquí el momento de la historia: por ella leerá en los corazones sin las lecciones de la filosofía; por ella los verá, simple espectador, sin interés ni pasión, como su juez, no como su cómplice ni como su acusador.

Para conocer a los hombres hay que verlos actuar. En sociedad se les oye hablar; muestran sus palabras y ocultan sus acciones; pero en la historia éstas quedan al descubierto, y se les juzga por los hechos. Sus palabras mismas ayudan a valorarlas. Porque, comparando lo que hacen con lo que dicen se ve a un tiempo lo que son y lo que quieren parecer; cuanto más se disfrazan, mejor se los conoce [13].

Su educación moral toma un nuevo rumbo cuando hay que hacer frente a la necesidad de explicar lo relativo al sexo, que anteriormente había sido mantenido deliberadamente fuera de su plan de estudios, y orientar en el campo de las emociones. Una vez más destaca aquí el ginebrino la superioridad de los ejemplos concretos comparados con el puro verbalismo; recomienda claridad de lenguaje en la materia y evitar todo sermoneo [14]. Este es también el momento para discutir sobre religión [15], tema que constituye otro de los campos en los que, según Rousseau, ha de protegerse al niño de un conocimiento prematuro. Esto no señala el fin del programa educativo de Emilio, ya que se recomienda un viaje de dos o tres años antes del matrimonio para que, de esta forma, el joven obtenga los conocimientos de política y de gobierno que le han de permitir regresar a su propio país con la comprensión de lo que consiste ser un ciudadano