¡Salve, oh patria pequeña, provincia
que semejas bandera de tierra,
cuyas franjas: la Costa y la Sierra,
a Bolívar lo tienen por sol!
I
Atahualpa regó con su sangre
hondos surcos que fueron las huellas
en las cuales brillantes estrellas
la pasión del Quijote sembró…
De esa siembra nacimos nosotros
y esto explica que nuestra conciencia
tenga cantos de indiana elocuencia
y epopeyas de acero español…
¡Salve oh patria…
II
Fue nativo de nuestras montañas
aquel cóndor que pudo, en la bruma,
obsequiar a Bolívar la pluma
que el delirio inmortal escribió…
De ese cóndor tenemos la herencia,
de Bolívar su fúlgido nombre
y a cantar los derechos del hombre
el clarín de la luz nos llamó…
¡Salve oh patria…
III
Es Guaranda la diosa escondida
entre siete colinas, campanas
donde afilan su voz las semanas
y sus liras afina el amor…
Tiene Chimbo el Susanga de bronce
para oír tempestades de gloria;
San Miguel, en la cumbre, es victoria
que ha dejado incrustado el pendón…
Y en Chillanes transcurre la historia,
convertida en trigal y canción.
¡Salve, oh patria…
IV
Nada anhela “Bolívar” del tiempo,
pues han sido y son sus mujeres
las antorchas que dan rosicleres
de ternura, belleza y honor…
Gloria a todos sus hombres ilustres
y a ti ¡oh, Madre Provincia!, que alistas
la Bandera de Paz y Unión…