La Chapanay: Prefacio

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La Chapanay
de Pedro Echagüe
Prefacio

Prefacio

Las siguientes páginas relatan los hechos más pronunciados en la vida de una mujer, cuyo natural temperamento y varoniles inclinaciones, se desarrollaron en la atmósfera libre de los campos, familiarizándose así, desde la infancia, con el espectáculo y con las fuerzas de la naturaleza.

La Chapanay fue personalmente conocida de muchos hijos distinguidos de la provincia de San Juan; y el relato oral de sus hechos se propagó por toda la República. Encarnaba esta extraordinaria mujer, un tipo especialísimo, que merece ser recordado, no sólo por sus singularidades físicas, sino también porque se ha incorporado a las leyendas de la región andina; es decir, al fondo de esa poesía romancesca y popular, que refleja en cada país el alma de las multitudes. Por otra parte, su actuación se desenvolvió en un medio material y moral que la civilización ha ido transformando, y es bueno fijar las características de aquel medio, siquiera para apreciar mejor, por comparación, en el presente y en el futuro, los progresos que va alcanzando la República.

Por último, el carácter, la personalidad de la heroína, es interesante de por sí. En la primera parte de su vida no fue precisamente una ladrona, sino una sometida al bandolero con quien vivía. Cuando se emancipó de él, se entregó al bien, y hay sin duda una gran nobleza de ese gaucho-hembra que se convierte en una especie de Quijote de las travesías cuyanas, primero por natural honradez, y luego por su afán de redimirse de culpas anteriores. Su historia, mezcla tal vez de realidad y de imaginación, está, de todos modos, referida en este libro, tal como el autor la recogió de labios de algunos que la conocieron, y de la tradición local. No se han formado de otro modo los romances y las gestas de grandes literaturas.

Ha creído el autor que no debía insistir demasiado en el empleo del lenguaje rústico al escribir esta historia, a fin de no recargarla con barbarismos idiomáticos. Hace, pues, hablar convencionalmente a sus personajes, un lenguaje que no es el suyo, intercalando aquí y allá expresiones populares, al solo objeto de agregar de vez en cuando una nota pintoresca.

P. E.