La malicia de los pavos

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Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La malicia de los pavos.

El conde de habia ofrecido á Rosini un pavo trufado; pero pasaban dias y dias, y el pavo no acertaba con la puerta del maestro.

— Una mañana se encontraron en la calle los dos amigos, y el condele dijo:

— No desconfies; irá, y si ya no lo has recibido, es porque este año las trufas son de pésima calidad, y según se dice, venenosas. — ¡Va! contestó Rosini sonriendo, esas son voces que han hecho correr los pavos; pero un hombre de talento no debe creerlas.