Las tres musas últimas castellanas 045

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Soneto amoroso

(Las tres musas últimas castellanas)

de Francisco de Quevedo


Espíritu gentil, rara belleza,
valor inmenso, afable cortesía,
dirección admirable, y gallardía
la mayor que se vio, y de más firmeza.


Cendrada lengua, Angélica presteza,
desdén esquivo, suma bizarría,
como a vos a ninguna, Silvia mía,
jamás lo quiso dar naturaleza.


Sólo el que no ha sabido conoceros
podrá vivir, Señora, sin amaros,
y mayor desventura no es posible.


Mas yo, que merecí gozar de veros,
y hallo tanta gloria en contemplaros,
dejaros de adorar es imposible.